Todos los seres humanos somos parte de un sistema, nuestro primer sistema es la familia, y en este caso me refiero a la familia biológica, de la que heredamos nuestros genes y en la mayoría de los casos una serie de creencias, preceptos y bases educativas, que nos ayudan a afirmarnos ante el mundo como personas.
Dentro de esta herencia, en muchos casos tomamos creencias y formas de ver el mundo que tal vez fueron útiles en una época, pero dejaron de serlo en la época en que nacimos, de esta forma se van repitiendo patrones inconscientes dentro del sistema familiar, que rara vez se hacen visibles hasta que causan el dolor suficiente para que alguien quiera hacer algo.
En el 2022 Netflix sacó al aire una serie titulada Mi Otro Yo, que muestra una aproximación al trabajo con las Constelaciones Familiares, método creado por el Psicoterapeuta Bert Hellinger, donde a través de dinámicas grupales o individuales se evidencia como los conflictos pasan de una generación a otra, cuando estos no se han sanado o cuando se han mantenido en secreto. La forma en que pasan a las siguientes generaciones puede ser a través de conflictos de vida como pareja, economía, trabajo o incluso problemas de salud. Aunque cuesta trabajo creer que esto pueda ser verdad, hoy en día la epigenética nos muestra cómo a través del ADN mitocondrial, (presente en el óvulo de la madre y no en el espermatozoide al momento de la fecundación) es impactado por eventos emocionalmente fuertes y estas alteraciones se pasan al feto en el momento de la concepción. Si se tiene en cuenta que los ovocitos de la madre, se forman en el vientre de la abuela, podemos hablar de que el impacto de shocks emocionales relevantes, puede transmitirse desde tres generaciones atrás y hasta siete generaciones anteriores, dejando huella en las generaciones venideras. En el trabajo de trauma por psiquiatras reconocidos como Peter Levine y Gabor Maté se estudia el impacto emocional de los ancestros y se ha evidenciado que, en la descendencia de las víctimas del holocausto prevalecen condiciones de tipo físico y emocional que están directamente relacionadas con el trauma experimentado por las víctimas. En el trabajo de trauma somático y psicosomático se evidencia mejoría en las generaciones recientes cuando hay exceso de ansiedad sin explicación, problemas de alimentación, exceso o deficiencia de peso entre otras. El trabajo psicosomático es algo que incorpora el método de las constelaciones, sin embargo se vale de representantes para atravesar las sensaciones y las emociones.
Las Constelaciones Familiares, incorporan el trabajo psicosomático junto con el psicodrama, que es aceptado como una herramienta de la psicología, para restablecer el orden en el sistema familiar y permitir que las generaciones actuales vivan una vida más libre y consciente, dejando atrás sufrimientos que son innecesarios. La metodología se basa en tres principios u órdenes fundamentales llamados “Ordenes del Amor” donde se establece que cuando uno de los tres órdenes está roto surgen eventos indeseados de vida, salud etc.
El primer orden, contempla que existe una jerarquía, es decir que los que llegaron primero al sistema son los primeros, los padres son los grandes y los hijos los pequeños, la primera esposa o los primeros hijos, llegaron primero y a esto se le debe dar un lugar. El segundo orden, establece que todos tienen derecho a pertenecer al sistema, y es que son parte del sistema los hijos no nacidos, los excluidos por problemas de herencias, peleas, deshonra, todos pertenecen, incluso a quienes les ha hecho daño nuestro sistema o quienes le han hecho daño al sistema. El último orden indica que debe existir un equilibrio entre el dar y el recibir, (que es válido para todos menos para los padres, ya que nunca existe equilibrio entre lo que los padres dan a sus hijos y los hijos pueden devolver a sus padres) cuando se rompe el equilibrio probablemente las relaciones fallan, o la salud se quebranta.
Aunque este método no es un ejercicio mágico si ayudan a evidenciar dónde, cuándo y cómo se ha roto alguno o varios de los órdenes anteriores, dando lugar a que exista la posibilidad de arreglar el sistema, esto se hace a través del sentir del cuerpo y a través del movimiento del campo familiar, que aunque suena esotérico, la epigenética nos ha venido mostrando poco a poco como al transitar ciertas emociones reprimidas, es posible cambiar historias de salud física y de salud de vida. Esto es lo que se hace en una constelación, ordenar y transitar emociones estancadas, reconocer dolores no reconocidos o daños no admitidos. Permitiendo que cada quien ocupe el lugar que le pertenece, entregue y tome lo que le pertenece y sea visto e incluido en el sistema.
Una de las razones por la que el método es controvertido, es por sus frases sanadoras, ya que algunas pueden re victimizar a la víctima bajo preceptos como “tú escogiste a ese hombre” y aunque sí puede re traumatizar, la ideología con la que fue creada, parte de que el trabajo se realiza con adultos, responsables que se hacen cargo de sus heridas. Sin embargo, lo que omite este precepto es que muchas personas en estado de víctima aún están en un lugar de mente infantil y por esto resulta re victimizante. Bajo una mirada amplia, los dos argumentos son válidos y por esto, en caso de querer trabajar desórdenes de cualquier tipo, es importante que, si este es el método elegido, sea dirigido por un profesional informado en trauma.
Mónica Naranjo
Psicobioterapeuta, Hipnoterapeuta Clínica, Consteladora Familiar