Unas vacaciones en el país montañoso será una experiencia cautivante, que
siempre estará vigente como una llama que no se apaga. Acompáñanos a dar un
viaje por algunas de las ciudades de este maravilloso país europeo.
Ginebra
Esta urbe bañada por el lago Lemán en la que encontrarás hoteles magnéticos y
restaurantes con una carta fabulosa y sofisticada para todos los paladares. Una
atracción que no debes dejar de ver es la conocida el Jet d´ Eau, el símbolo de la
ciudad, un chorro de agua de 140 metros en que podrás tomarte aquel selfie, para
subirla a tu red social favorita.
En el casco antiguo de la ciudad punto obligado para compras está la catedral
St-Pierre y la Place du Bourg-de-Four, que es uno de los lugares más antiguos.
Si deseas navegar por el lago puedes ir en una lancha taxi o recorrer las aguas del
Lemán en un crucero para que sientas que tu visita ha sido completa.
En esta ciudad que es la sede de la Cruz Roja y Media Luna Roja y la sede de la
ONU en el Viejo Continente es un punto magnético para aquellos seguidores del
arte y cultura. Para ver grandes cantantes puedes ir al Gran Teatro, la Ópera de
Ginebra y museos entre estos el Musée international d’horlogerie, un punto para
todos los amantes de los relojes en el que hay 2,700 relojes de pared y 700 de
pulsera en que aprenderás mucho de la historia de la relojería.
Zúrich
Aquí podrás ver desde edificios cargados de historia, un barrio que es escenario de
moda, parques junto en que podrás disfrutar disfrutar un café o una espumante
cerveza junto al lago del mismo nombre y el río Limmant.
No dejes de hacer un viaje por el lago Zúrich desde el que podrás ver los Alpes
para vivir en un ambiente que une la naturaleza y lo urbano de una manera
incomparable.
En el casco antiguo de esta ciudad hay coloridas calles y la monumental catedral
Grossmünster y la iglesia del siglo IX, Fraumünster Kirche, que maravilla por las
ventanas de cristal creadas por los artistas Marc Chagall y Augusto Giacometti,
que es conocida como “Das himmlische Paradies”.
Berna
La capital de Suiza Patrimonio Mundial de la Humanidad es un viaje al pasado por
sus fuentes, torres históricas, fachadas de arenisca,bastiones, fuertes y callejones
en los que te sentirás en la Era Medieval.
Para tener una vista del casco antiguo bañado por el río Aare puedes ir al
Rosengarten (jardín de rosas), en el que hay 220 variedades de rosas, que de 1765 a
1877 fue un cementerio.
También visita el BärenPark ,o, parque de osos, uno de los sitios más conocidos en
que podrás ver osos que están a cierta cercanía. Los osos siempre han sido parte de
Berna hasta el punto que en 1857 llegaron a estar en plena ciudad.
Si decides hacer un recorrido a este parque no está de más que solicites visitas
guiadas para ver sus colinas y cuevas.
Aquellos con interés por el arte pueden ir al centro Paul Klee en que está la
colección más grande de este artista considerado uno de los más notorios del siglo
XX.
Conoce la casa en la que se marcó un antes y después en los registros científicos,
pues ahí Albert Einstein trabajó su teoría de la relatividad y en la que aún están los
muebles.
Adéntrate en el museo del arte, museo alpino, museo de la comunicación y el
Palacio Federal, la sede del gobierno suizo que es conocido como Bundeshaus, que
tiene una serie de atracciones que van desde las representaciones de la historia de
Suiza en la nave central de la cúpula.
La terraza de este importante edificio es un lugar en que muchas personas se
reúnen para disfrutar agradables momentos y para tener vistas de la montaña
Gurten, en la misma plaza hay espectáculos luminosos en época de invierno y de
juegos de agua durante el verano. Una escala recomendada de esta plaza es el
mercado de cebollas y los mercados navideños.
La región Helvética es una tierra llena de ingenio, historia y paisajes naturales que
siempre te estarán esperando para pasar encantadores días.
Fuente: myswitzerland.com