Dra. Heidi Saavedra Pérez
Médica Psiquiatra & Sexóloga
Hospital Pacífica Salud
Citas al 64000360
Este síndrome fue descrito por primera vez en 2001 por las investigadoras Sandra
Leiblum y Sharon Nathan.
El síndrome de excitación genital persistente (SEGP), también conocido como síndrome de genitales inquietos (SGI), es una condición poco común pero significativa que afecta la esfera sexual y emocional de quienes la experimentan, siendo más frecuente en mujeres que en hombres. Se caracteriza por excitación sexual persistente y desagradable localizada en el área genital, clítoris y pelvis, sin estímulo sexual externo, ni deseo sexual y que puede mantenerse durante horas, días y hasta meses, lo que ocasiona un gran malestar y afecta la calidad de vida de quienes lo padecen.
El SEGP en las mujeres tiene una aparición entre los 21 y 51 años. También puede
comenzar en la menopausia o en la peri-menopausia. En los hombres se ha observado entre los 38 y 74 años (1).
Los síntomas más frecuentes del SEGP (2) son sensaciones punzantes, pulsantes, dolorosas, hormigueantes o fuertes en los genitales, el perineo o el ano, sensibilidad al tacto o a la presión, plenitud o erección del clítoris o del pene, contracciones vaginales, espasmos del pene, sensación de estar cerca del orgasmo. En las mujeres, más del 80%, los síntomas se localizan en el clítoris.
Los síntomas tienden a empeorar al estar sentados o estirados, generalmente durante la noche, lo que los impulsa a levantarse y caminar ya que muchos casos mejoran con esas maniobras. Cabe recalcar que realizar la actividad sexual sólo produce alivio temporal o ningún alivio del malestar.
Las consideraciones etiopatogénicas abarcan desde cuestiones periféricas hasta centrales, pasando por la alteración local del nervio pudendo, hasta la neuropatía y las teorías psicosociales y farmacológicas.
El síndrome puede asociarse con malformaciones arteriovenosas (MAV) de la pelvis (elevada incidencia de venas varicosas pelvianas). Dentro de los mecanismos involucrados en la aparición del trastorno se considera al igual que en el síndrome de las piernas inquietas bajos niveles de hierro en el sistema nervioso central, o alteraciones en el ritmo circadiano de algunos neurotransmisores (dopamina, glutamato, opiáceos) (3).
También se han observado casos con irritación del nervio pudendo, con historia de
bloqueos en el ganglio estrellado y con polineuropatía de fibras pequeñas. Presencia de quiste de Tarlov. También se ha asociado con la utilización o la interrupción del uso de antidepresivos que inhiben la recaptación de la serotonina y con un consumo elevado de soja en la dieta.
Algunos estudios han encontrado mayor prevalencia de SEGP en pacientes con
enfermedad de Parkinson por lo que su aparición puede estar relacionada con la
dopamina, y en el 60% de los casos se ha observado una asociación con el síndrome de vejiga hiperactiva (4).
Dentro de los factores psicológicos relacionados con el SEGP, un estudio encontró que el 60% de las mujeres presentó trastorno depresivo y el 40% ansiedad. Un 10% de los casos tenía antecedentes de abuso sexual en la infancia, y hubo antecedentes de alcoholismo en el 40% (1). En el 50%de los casos se observó historia familiar de síndrome de las piernas inquietas.
Los factores desencadenantes más frecuentes fueron la ropa ajustada, el estrés mental, conducir un coche/autobús/bicicleta y las relaciones sexuales. Los factores de alivio fueron principalmente la distracción, la relajación, el ejercicio físico, la masturbación y la natación.
En otro estudio (5) se compararon 26 mujeres que cumplían los criterios de diagnóstico de SEGP con 26 controles sanos de la misma edad. Las investigaciones incluyeron una comparación de la historia clínica, ginecológica y sexual, características psiquiátricas, así como un examen (neuro) radiológico, neurofisiológico y ginecológico.
En las comparaciones grupales, las pacientes con SEGP presentaron tasas significativamente más altas de disfunciones sexuales, orgasmos espontáneos, hinchazón de los genitales, lubricación extraordinaria, así como tasas más altas de depresión, agorafobia, trastorno de ansiedad generalizada y trastorno de pánico a lo largo de toda la vida. A un número significativamente mayor de pacientes con SEGP (60%) se les diagnosticó síntomas de piernas inquietas. Por el contrario, la traumatización infantil, el trastorno de somatización, las tendencias suicidas y el examen ginecológico y neurofisiológico del nervio pudendo no fueron diferentes entre los grupos. Las resonancias magnéticas del cerebro, la pelvis y la médula espinal no fueron sospechosas y los hallazgos incidentales, incluidos los quistes de Tarlov o la congestión venosa pélvica, se distribuyeron por igual entre los grupos. En este estudio se concluyó que las mujeres con SEGP presentaban una carga mental severa como consecuencia de dicho trastorno.
¿Cómo se diagnostica el SEGP?
● Tiene sensaciones de excitación genital persistentes o recurrentes, no deseadas o
Intrusivas.
● Estas sensaciones están presentes durante tres meses o más.
● Puede haber otras sensaciones en los genitales o la región pélvica, como
zumbidos, hormigueo, ardor, espasmos, picazón o dolor.
● Si bien las sensaciones se experimentan con mayor frecuencia en el clítoris, otras
regiones cercanas pueden verse afectadas, como la vulva, la vagina, el perineo, la
vejiga, el ano o uretra.
● Puede experimentar orgasmos incontrolables, tener un número excesivo de
orgasmos o sentir que está al borde del orgasmo.
● Estas sensaciones ocurren en ausencia de pensamientos, fantasías o intereses
sexuales.
¿Cómo se trata el SEGP?
Debido a sus múltiples causas, actualmente no existe un tratamiento generalizado para este trastorno.
Como parte del diagnóstico, el médico deberá realizar una historia completa (incluidos los medicamentos que toma) y realizar un examen físico para detectar anomalías en los genitales o alrededor de ellos.
Se pueden ordenar otras pruebas para limitar las posibles causas, que incluyen:
● Pruebas de hormonas en sangre: Estos verifican desequilibrios hormonales como
hipertiroidismo (tiroides hiperactiva) que a menudo se observan en personas con
SGI.
● Pruebas de anestesia: Aquí es cuando se aplica un anestésico tópico o local en
los genitales para ver si los síntomas persisten. Si es así, sus síntomas podrían empeorar. Esto puede deberse a un problema del nervio espinal.
● Pruebas neurológicas: Esto incluye una prueba en el consultorio llamada
electromiografía (EMG) que mide las respuestas musculares involuntarias a una
corriente eléctrica de bajo voltaje.
● Ultrasonido Doppler: Esta prueba de imágenes no invasiva puede detectar MAV
mediante ondas sonoras, así como signos anatómicos de disfunción del suelo
Pélvico.
● Arteriografías: Permite detectar MAV y otros problemas de los vasos sanguíneos
mediante un tinte especial inyectado en el torrente sanguíneo.
● Imágenes por resonancia magnética (MRI): Ayuda a detectar problemas de tejidos blandos como quistes de Tarlov y hernia de disco.
Según los resultados de sus pruebas, se podrán recomendar uno o más tratamientos.
Debido a que no existen tratamientos estándar para el SEGP, el tratamiento se dispensa caso por caso, a menudo con varios especialistas.
Tratamiento Psicológico
Aunque la causa puede ser física, a menudo se recomienda un tratamiento psicológico para ayudarle a afrontar mejor el estrés, la ansiedad u otros problemas emocionales relacionados con el SGI. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es uno de esos enfoques que se ha demostrado que reduce la intensidad del dolor y la angustia. La TCC es una forma de psicoterapia que le permite identificar pensamientos inexactos o negativos para poder responder a ellos de una manera más eficaz.
También se puede recomendar la terapia sexual para superar la ansiedad y el malestar centrados en los genitales o para ajustar las prácticas sexuales para adaptarse a los síntomas. Las técnicas de relajación como la respiración profunda y la relajación muscular progresiva también pueden ayudar.
Terapia física
Se ha demostrado que fortalecer y estabilizar los músculos del suelo pélvico mejora la función diaria en mujeres con SEGP. La fisioterapia del suelo pélvico implica una variedad de modalidades, algunas de las cuales se realizan en casa y otras las realiza un fisioterapeuta. Ejemplo: se deben tomar medidas para identificar y evitar cualquier movimiento, como estirarse y ponerse en cuclillas, que pueda causar brotes de SEGP.
Medicamentos
La primera línea de tratamiento debe incluir los agonistas de los receptores de dopamina.
Pregabalina y gabapentina.
Benzodiacepinas.
Tramadol.
Suplementos de hierro.
Antidepresivos tricíclicos.
Botox
Los medicamentos se eligen basándose no sólo en la presunta causa sino también en los tipos de síntomas que experimenta.
Cirugía y procedimientos especializados
Inyección de esteroides en el nervio pudendo: Implica una inyección de un fármaco
esteroide (como acetónido de triamcinolona) para reducir el dolor del nervio que
suministra sensaciones a los genitales y el ano.
Discectomía espinal: Esta cirugía que se utiliza para las hernias de disco elimina la parte dañada de un disco para aliviar la presión sobre la raíz nerviosa.
Laminectomía descompresiva: Esta cirugía abre el canal por donde pasa la médula
espinal para aliviar la presión causada por la estenosis espinal.
Fenestración del quiste: Esta cirugía se puede utilizar para drenar o extirpar un quiste de Tarlov.
Embolización vascular: Este procedimiento puede corregir una MAV al bloquear
estratégicamente los vasos sanguíneos y redirigir el flujo sanguíneo.
Neurolisis simpática lumbar: Esta cirugía utiliza agentes químicos, láseres u ondas de radio de alta frecuencia para bloquear temporal o permanentemente el nervio pudendo.
Vestibulectomía vulvar: Esta cirugía elimina los tejidos dolorosos de los labios.
Clitoridectomía: Se extirpa quirúrgicamente el clítoris para aliviar el dolor intenso y resistente al tratamiento. Sin eembargo se considera como último recurso.
Las causas del SEGP son diversas y ningún tratamiento funciona para todos. El
tratamiento se centra en minimizar los síntomas para mejorar la calidad de vida, las
capacidades funcionales y el bienestar emocional de una persona.
1. Stelka BS. Aquino CC. What Is Restless Genital Syndrome? Medscape 2015.
2. Leiblum SR. Arousal disorders in women: complaints and complexities. Med J
Aust. 2003;178 :638-640.
3. Waldinger MD, Venema PL, van Gils AP, Schweitzer DH. New insights into
restless genital syndrome: static mechanical hyperesthesia and neuropathy of the
nervus dorsalis clitoridis. J Sex Med. 2009; 6:2778-87.
4. Aquino CC, Mestre T, Lang AE. Restless genital syndrome in Parkinson disease.
JAMA Neurol. 2014; 71:1559–61.
5. Kümpers FMLM et al. Clinical characterisation of women with persistent genital
arousal disorder: the iPGAD-study. Sci Rep. 2023 Dec 20;13(1):22814. doi:
10.1038/s41598-023-48790-2. PMID: 38129493; PMCID: PMC10739833.