Por: Licenciada Jennyfer Vásquez
Docente especialista en adolescentes y disciplina positiva en la familia
Máster en psicología infantil y de adolescentes
Máster / Mentor /Coach profesional de adolescentes y familias
La violencia doméstica es una problemática que podemos decir con certeza, afecta a millones de personas en todo el mundo. Un fenómeno que como hemos podido observar por años trabajado con niños, adolescentes y familias traspasa barreras socioeconómicas, culturales y geográficas, dejando afectaciones y secuelas profundas en quienes la sufren, particularmente siendo muy afectados los niños y adolescentes que, por su etapa de desarrollo, requieren de un acompañamiento adecuado por parte de su entorno.
¿Qué es exactamente la violencia doméstica?
Es un concepto utilizado para referirse a la agresión ejercida en el terreno de la convivencia familiar, por parte de uno de los miembros contra otro, contra algunos de los demás o contra todos ellos. Este tipo de violencia comprende todos aquellos actos, desde el empleo de la fuerza física, hasta el hostigamiento, el acoso, o la intimidación, que se producen en el seno de un hogar y que perpetra al menos un miembro de la familia contra algún otro familiar.
Esta terrible situación tiene muchas causas, causas que deben ser erradicadas gradualmente, de las causas podemos enumerar las siguientes:
- Falta de comprensión hacia niñas, niños y adolescentes.
- Falta de atención y escucha activa.
- Alcoholismo, uso y abuso de otras sustancias adictivas.
- El maltrato emocional.
- La explotación comercial.
- Abandono.
- Castigos físicos.
- Acoso.
Afecta el desarrollo emocional de los niños y adolescentes. Estos pueden experimentar sentimientos de miedo, ansiedad, tristeza e incluso depresión como resultado de presenciar episodios de violencia en sus hogares y entornos. Además, pueden desarrollar problemas de comportamiento como agresividad, aislamiento social y problemas de adaptación en la escuela.
¿Cuáles son las mayores afectaciones y secuelas?
- Desarrollo cognitivo: Puede afectar negativamente el desarrollo cognitivo de los niños y adolescentes. La exposición constante a situaciones violentas puede dificultar su capacidad para concentrarse y aprender principalmente en la escuela. Estos niños pueden presentar dificultades en áreas como el procesamiento de información, la memoria y la resolución de problemas, es por ellos que los docentes debemos estar atentos a cualquier indicio de violencia familiar de un estudiante para hacer los reportes adecuados.
- Lesiones físicas: también puede dejar secuelas físicas en los niños y adolescentes. Los maltratos físicos pueden resultar en lesiones visibles como moretones, cortes o fracturas. El estrés y la tensión constante asociados con la violencia pueden provocar problemas de sueño, dolores de cabeza y trastornos digestivos en estos niños y adolescentes.
- 3.Desarrollo distorsionado en sus relaciones: Otra secuela importante que podemos denotar de la violencia doméstica en niños y adolescentes es el impacto en su capacidad para establecer relaciones saludables en el futuro. La violencia en el hogar puede distorsionar su percepción sobre el amor, la intimidad y el respeto mutuo. Estos jóvenes pueden experimentar dificultades para establecer relaciones de pareja saludables, perpetuando así el ciclo de la violencia en futuras generaciones.
- Daño en la salud mental: Puede tener consecuencias a largo plazo en la salud mental de los niños y adolescentes. Estos pueden experimentar trastornos de estrés postraumático, trastornos de ansiedad, depresión y pensamientos suicidas. Además, tienen un mayor riesgo de involucrarse en conductas delictivas, consumo de drogas y alcohol, y son más propensos a sufrir abusos en relaciones futuras. Es importante por ello establecer en este caso atención inmediata con un especialista de la salud mental.
- Impacto en el rendimiento académico: También puede tener un impacto negativo en el rendimiento académico de los niños y adolescentes. El estrés y la angustia derivados de vivir en hogares violentos pueden dificultar su concentración y motivación para aprender. Esto puede resultar en bajas calificaciones escolares, falta de interés en la educación y, en última instancia, limitar sus oportunidades futuras.
La intervención temprana y el apoyo adecuado son fundamentales para ayudar a los niños y adolescentes que han sido víctimas de violencia doméstica. Es importante que reciban atención médica y psicológica especializada para superar las secuelas de la violencia y promover su bienestar integral, es por ello que, si tenemos entornos de niñez y adolescencia por nuestra profesión, podamos estar alertas de cambios que indiquen que están pasando por violencia doméstica.
Además, es fundamental implementar políticas y programas de prevención de la violencia doméstica, así como promover la educación sobre últimos descubrimientos en la metodología de enseñanza- aprendizaje. La prevención es clave para romper el ciclo de la violencia y garantizar un entorno seguro al igual que saludable para todos los niños y adolescentes.
Las secuelas de la violencia familiar en niños y adolescentes son profundas y duraderas. Su exposición en el hogar puede afectar negativamente su desarrollo emocional, cognitivo y físico, así como su capacidad para establecer relaciones saludables en el futuro. Es fundamental brindarles el apoyo adecuado y fomentar la prevención de la violencia para garantizar su bienestar y romper el ciclo de la violencia en las generaciones futuras, como adultos comprometidos, acompañantes y responsables es importante que nos eduquemos para prevenir y anticipar situaciones con nuestros niños y adolescentes.