El cáncer es un problema de salud pública, siendo una enfermedad muy compleja que ha incrementado su incidencia en el mundo occidental convirtiéndose en la causa líder de mortalidad (para el año 2020 ocurrieron 10 millones de muertes directas debido a esta enfermedad).
Se estima que a nivel mundial aproximadamente 30% a 50% del cáncer puede haber sido prevenido. Los más frecuentes con mama, pulmón, colorrectal, próstata, estómago y piel.
Teniendo esta información, ¿Cuáles son las medidas que ayudan a prevenir el cáncer y que está basada en evidencia?
- Actividad física regular: Es beneficiosa no solamente para la prevención del cáncer, en pacientes que ya tienen un diagnóstico de malignidad se puede mejorar supervivencia y disminuir el riesgo de recurrencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos realicen no menos de 150 minutos de actividad física mínima por semana (como por ejemplo caminar o bailar) o un equivalente a no menos de 75 minutos de actividad física de alto impacto por semana (natación, carrera o aeróbicos como ejemplo). Esto disminuye el riesgo de cáncer colorrectal y de mama.
- Evitar el cigarrillo: El tabaco contiene miles de compuestos químicos, de los cuales alrededor de 250 se han comprobado peligrosos para los humanos, incrementado el riesgo de desarrollar cáncer de cavidad oral, garganta, laringe, pulmón, riñón, esófago, vejiga, páncreas, cérvix, hígado, colon y recto, así como en la sangre. No solamente el tabaquismo directo sino el pasivo o de segunda mano. El riesgo individual de sufrir de cáncer de pulmón se reduce entre 30 a 50% luego de 10 años de haber dejado de fumar, así como el riesgo de desarrollar cáncer de cavidad oral o esófago se reduce en 50% luego de 5 años de dejar el cigarrillo.
- Abstinencia o reducción en el consumo de alcohol: Las bebidas alcohólicas en todas sus formas incrementan el riesgo de cáncer de hígado, mama, colorrectal y vía aerodigestiva superior a través de muchos mecanismos biológicos, no existe una dosis “segura” de alcohol, los resultados indican que es beneficioso evitar por completo su consumo.
- Dieta saludable: Consumo elevado de frutas, vegetales, legumbres y fibra dietética, bajo consumo de carnes rojas procesadas y de sal, disminuyen el riesgo de desarrollar cáncer del trago gastrointestinal y respiratorio. Limitar alimentos con azúcares agregadas y ricos en grasa. No hay evidencia concluyente del papel de suplementos nutricionales como minerales y vitaminas adicionales a la ingesta balanceada de alimentos.
- Mantener un peso saludable: Se estima que poco más de la mitad del cáncer en los hombres y aproximadamente un cuarto de los casos de cáncer en las mujeres está directamente relacionado con la obesidad, incrementado el riesgo de cáncer de esófago, riñon, páncreas, útero, hígado, estómago, médula ósea, colorrectal, mama, tiroides, ovario, vesícula biliar y cerebro, entre otros.
- Protección de los rayos ultravioletas: Evitar la exposición directa al sol, equipos de bronceado y lámparas de luz ultravioleta. Utilizar protector solar y ropa adecuada para protegerse, así como sombreros y gafas de sol.
- Prevención y control de infecciones: Varias infecciones virales y bacterianas incrementan el riesgo de desarrollar cáncer, como por ejemplo el virus de Epstein-Barr (nasofaringe, estómago, linfoma de Hodgkin y linfoma de Burkitt), virus de hepatitis B y hepatitis C (hígado, linfoma no Hodgkin), virus del VIH (sarcoma de Kaposi, nasofaringe, cervix, ano, pulmón, hígado, piel y Hodgkin), virus del papiloma humano o VPH (vagina, pene, ano, cérvix, orofaringe y vulva), herpes virus 8 (sarcoma de Kaposi, linfoma y leucemia), virus linfotrófico humano T (leucemia linfocítica y linfoma no Hodgkin), virus simio 40 (pulmón, cerebro, abdomen, hueso y linfomas). Las mujeres con infecciones por herpes, clamidia, sífilis y gonorrea tienen además mayor riesgo de cáncer de cérvix. En su mayoría son transmisibles y prevenibles con medidas adecuadas de higiene, protección al tener relaciones sexuales y vacunación como es el caso del virus del papiloma humano y la hepatitis B.
- Lactancia materna: La lactancia materna exclusiva por un período no menor a 6 meses y luego continuar de forma suplementada por lo menos hasta los dos años, disminuye el riesgo de cáncer de mama, endometrio y ovario; además de otros múltiples beneficios para la mujer como disminuir la obesidad y sobrepeso.
- Patrón de sueño saludable e ininterrumpido: Las alteraciones en el sueño provocan efectos perjudiciales en nuestro ciclo circadiano, incrementado el riesgo de cáncer de colon, próstata, ovario y mama. Un adulto entre los 18 a 60 años debe dormir al menos 8-10 horas diariamente.
Si bien es cierto, numerosos factores predisponen e incrementan el riesgo de cáncer en una persona, como por ejemplo factores genéticos o hereditarios, estas son las medidas más comunes y modificables hacia un estilo de vida más saludable, previniendo y controlando otras patologías como obesidad, diabetes y enfermedad cardiovascular. Además, es muy importante realizarse estudios de tamizaje y controles periódicos de salud de manera preventiva.
Dra. Olivia Elizabeth El Achtar
Cirugía Oncológica, Cirugía General, Laparoscopía y Robótica.