Por: Dra. Vania Barrow
Prótesista Maxilofacial
Las prótesis oculares son dispositivos médicos hechos de polimetil-metacrilato (acrílico) que se adaptan a la cavidad en donde hay ausencia o deficiencia en el tamaño del globo ocular. Con estos dispositivos el paciente no recobrará la visión, sin embargo, son de gran utilidad para mantener el tono y función de los párpados, estética, mantener el tamaño de la cavidad y estimular el crecimiento de la órbita en el caso de los niños; evitando así asimetrías faciales.
Las causas más habituales por las que un niño puede requerir el uso de prótesis oculares son:
• Microftalmia: Anomalía congénita (aparece desde el momento del nacimiento), se caracteriza por un tamaño anormalmente pequeño del globo ocular.
• Anoftalmia: Malformación o anomalía congénita en la que el bebé nace sin globos oculares. Puede ser unilateral o bilateral.
• Retinoblastoma: Tumor que afecta a la retina y que en la mayoría de los casos tiene carácter hereditario. Puede ser unilateral o bilateral.
• Accidentes y traumatismos
En los niños el uso y adaptación de prótesis oculares se torna más imperativo ya que estas serán las encargadas de estimular el crecimiento de los huesos que conforman la órbita ante la ausencia del globo ocular; es decir la cara de nuestro paciente no crecerá de manera armoniosa y proporcionada situación que traerá otras complicaciones en la adolescencia y edad adulta. Motivo por el cual se recomienda su adaptación y colocación en niños lo más temprano posible, apenas se detecte la ausencia o deficiencia del globo ocular y tengamos el visto bueno del oftalmólogo del paciente.
Resulta de vital importancia la comunicación entre el protésista maxilofacial y el oftalmólogo, ya que constituyen la mancuerna perfecta para guiar y estimular el crecimiento de la cara y cuidar de la cavidad y los tejidos oculares del paciente.
Durante los primeros meses de vida los controles protésicos son frecuentes ya que el desarrollo de la órbita es muy rápido en los niños; aproximadamente el noventa por ciento del crecimiento orbital se completa a los cinco años. En estas visitas por lo general se realizan aumentos en el tamaño de las prótesis para estimular y acompañar el crecimiento al igual de la confección de nuevas prótesis cuando sea necesario de hecho, un signo característico que indica que ya el paciente necesita una modificación de su prótesis es que la misma se gire dentro de la cavidad. Este giro responde a que hay más espacio en la cavidad debido al crecimiento fisiológico del paciente al que había cuando la prótesis se confeccionó.
Entre los 2 – 5 años, disminuye la frecuencia de los controles. En este periodo por lo general el cambio de prótesis es anual, debido al rápido desarrollo y crecimiento de los tejidos orbitarios.
Luego de los 6 años, los controles pasan a ser cada 6 meses, para ajustes, pulidos e inclusive adaptación de una nueva prótesis.
La adaptación y manejo de prótesis oculares en niños es un compromiso a largo plazo en la que participan no solo el prótesista maxilofacial y el oftalmólogo sino también el psicólogo, los padres y la familia del niño. Todos estos actores cumplen un rol muy importante, pues, su colaboración será clave para lograr un desarrollo fisiológico y psicológico exitoso del niño.