Luis Felipe necesita nuestra ayuda. Nació con su labio y paladar hendido, ocurre cuando el tejido que forma el paladar no se une completamente durante el embarazo. A sus 55 años, su sonrisa es un tanto especial, no cuenta con dentadura, y cada día es una batalla. Gracias a la solidaridad de sus compañeros de trabajo, amigos de infancia y vecinos, ha podido hacerse la primera de tres cirugías que necesita para recuperar su sonrisa y calidad de vida. Con este reportaje buscamos tu apoyo para mejorar su condición de salud, que lamentablemente ningún seguro médico cubre.
Luis Felipe un hombre valiente, resiliente, trabajador y padre de familia. Cuenta con el soporte y el amor de su esposa Doumarys Grillet e hijos Alejandro y Virginia. Los jóvenes han visto a papá superar adversidades y hoy lo acompañan en el esfuerzo de alcanzar la meta de 100 000 dólares, que necesita para recuperar su sonrisa y su normalidad. Sus previos implantes han dejado grandes daños en su rostro, deformándolo, y requiriendo de una reconstrucción de sus maxilares para poder colocar nuevos implantes dentales.
“El labio hendido es una abertura en el labio superior. En el caso de Luis Felipe es una hendidura grande que atraviesa el labio y llega hasta la nariz.” Su niñez fue algo limitada, mientras sus amigos jugaban, él se recuperaba de múltiples cirugías. Con el tiempo, vinieron procedimientos que le permitieron llevar una vida regular. Sin embargo, para un niño de primaria perder sus dientes y utilizar dentadura postiza no es fácil, y tuvo que vivir con el rechazo de la sociedad, bullying y de tristes comentarios ajenos, Desde joven luchaba por alcanzar sus sueños, hoy es Ingeniero Electricista y logró salir adelante profesionalmente, en la adultes necesitó nuevamente pasar por procedimientos quirúrgicos, como el retiro de una prótesis dañada y la incorporación de implantes especiales para compensar la falta de tejido óseo de su maxilar, que mejorarían su situación al hablar y comer.
Hoy sin duda su situación de salud vuelve a traer problemas, requiriendo una vez más una intervención compleja, delicada, especializada y sumamente costosa, que por un largo periodo le limitará el cómo ingerir alimentos, hablar y desenvolverse como un adulto normal.
Es una situación sumamente difícil. “La vida nos cambia de la noche a la mañana, debemos ser fuertes y estar preparados para afrontar desafíos, no nos imaginamos que tan fuertes o vulnerables somos hasta que nos toca vivirlo,” indicó Luis Felipe delante de sus hijos y familia.
Para sus hijos Virginia y Alejandro, sus hijos, ha sido muy duro ver a papá desesperado en los últimos dos años, porque borrarle la sonrisa sería acabar con su humanidad. Sienten la impotencia de no poder ayudarlo, y la culpa de continuar haciendo sus vidas a pesar de que a él le cuesta hasta hablar y comer, cada día.