En el mes de la cinta rosada, donde se hace un llamado de conciencia al cuidado de la salud femenina, te invito darle una nueva mirada al significado emocional del cáncer de mama desde la biodescodificación. Muchas veces, el cáncer se aborda desde la perspectiva del miedo y de la lucha, donde las mujeres nos volvemos guerreras, queriendo reparar la salud, pero muchas veces, olvidando escuchar el mensaje que transmite nuestro cuerpo desde la enfermedad.

Luchamos las mejores batallas sin pararnos a escuchar qué es aquello que nuestro cuerpo trata de decirnos a través del signo o la enfermedad. Es esto, lo que aborda la biodescodificación, los códigos emocionales ocultos tras el síntoma, y mientras el tratamiento médico es completamente necesario, esta es una mirada complementaria para entender nuestra anatomía, y liberarnos de cargas emocionales que se han quedado estancadas y han llevado al cuerpo a dar un grito de auxilio.

Ser mujer lleva implícita una función de procrear, cuidar y nutrir, y es esta última, la función de las mamas, una vez se da el proceso de procreación exitoso, la mujer cuidará y nutrirá su descendencia, en el caso de que haya hijos, o en el caso simbólico de un proyecto o trabajo, la mujer siempre nutre, alimenta y cuida.

Cada mujer a su vez, es hija de otra mujer, y pertenece a un clan, a un nido y crea su propio nido (esposo, hijos, padres). De esto nos hablan las mamás, de la protección del nido, amplio o estrecho, de la familia, de los proyectos, de aquello que sostenemos como sagrado, eso que protegemos y nutrimos, lo que queremos ver crecer.

El conflicto central del cáncer de mama, es la protección del nido, usualmente aparece entre 18 y 6 meses después de un estrés importante en la vida de la mujer, usualmente, en relación a no poder proteger o nutrir a aquello que considera su familia o digno de su protección. Esto no quiere decir que todas las mujeres, van a estar expuestas a desarrollar un tumor de mamas o ductos mamarios, ya que va a depender de muchos factores, emocionales, genéticos y estructurales del cuerpo y la mente de la persona, sin embargo, aquí me refiero a aquellas personas que sí son propensas a esto, que su vida gira entorno a cuidar a su familia, son por regla general mamás gallina, que cuidan a sus pollitos, son mujeres maternales, cuidadoras por naturaleza de todo aquello que han creado.

El conflicto de las mamas es el conflicto del nido, mientras que el cáncer nos habla de aquello de lo que nos sentimos separados, cuando hay cáncer de mama, la pregunta central va a girar en torno a la temática de conflicto dentro del nido, separación del nido y / o peligro en el nido, en una mujer que cumple con las características de mamá gallina, y que ha vivido con gran impotencia una situación donde no ha pudo evitar, que el peligro atacará a aquellos que cuida.

Nuevamente, se refiere a todo lo que esta mujer u hombre materna, hijos, padres, proyectos, libros, no se puede limitar a la familia, ya que puede incluso ser un amigo si la persona considera que es digno de su protección.

La biodescodificación, usando los principios de la psicosomática, nos invita a sentir y reconocer las emociones que no han sido expresadas en un conflicto o estrés, y a su vez a ampliar o revisar la forma en que nos paramos ante el mundo, en el caso del cáncer de mama nos invita a descubrir una nueva identidad más allá de lo que cuidamos, reconociéndonos como seres completos y valiosos más allá de la función que desempeñamos para nuestro mundo más
cercano.

Cuando es posible conectar con el mensaje que nos transmite el cuerpo mediante un síntoma, se puede dejar de verlo como el enemigo que ataca, y así, en vez, de librar una guerra contra el cuerpo y la enfermedad, la enfermedad se convierte en un puente entre el cuerpo y la emoción no expresada, permitiendo que se abra una puerta hacia la sanación, más amable, menos violenta. Si somos capaces de escuchar al cuerpo, e indagar sobre nuestro síntoma, es posible dejar de librar batallas agotadoras y empezar a trabajar con eso que en algún momento consideramos nuestro enemigo. El cuerpo manda señales, y hace soluciones biológicas a lo que en algún momento se vivió como imposible de resolver. Sentarse con la emoción, transitar los duelos, y tener la fortaleza de salir de la negación, son el camino hacia la salud completa, para hacerlo a veces se requiere acompañamiento, es difícil ir solo a donde duele.

Mónica Naranjo
Psicobioterapeuta, Hipnoterapeuta Clínica.