“Por favor, ven lo más rápido que puedas al hospital” le dijo la cuidadora a la mamá mientras lloraba amargamente. “Tienen que seguir intentando” suplicó la mamá de un bebé de 13 semanas, quien fue encontrado sin vida mientras estaba dormido boca abajo.
Aunque no es la noticia más común que se escucha en los medios en nuestro país, casos como estos ocurren todos los días en todas partes del mundo.
La Muerte Súbita Inesperada en la Infancia se da aproximadamente 3400 veces al año solo en Estados Unidos. Esta se refiere a la muerte de un bebé menor de 1 año que se da sin causa aparente. Luego de realizarse la investigación, que debe incluir evaluación de la escena, autopsia y la historia clínica, se determina si la muerte fue de etiología natural o no natural por sofocación, asfixia mecánica, atrapamiento, infección, ingestiones, enfermedades metabólicas, arritmias o traumatismos intencionales o accidentales.
Dentro del término se encuentran los siguientes:
-Síndrome de Muerte Súbita: la muerte sin explicación de un bebé menor de 1 año, aparentemente sano, mientras se encontraba dormido. Es la principal causa de muerte infantil post neonatal.
-Asfixia y Estrangulamiento accidental: una muerte súbita e inesperada explicada en un entorno del sueño (cama, cuna, sillón, silla) en el que la nariz y la boca del bebé está obstruidas o el cuello o el pecho están comprimidos, causando asfixia.
– Causas Desconocidas
Existe un modelo de triple riesgo que intenta explicar por qué algunos bebés aparentemente sanos fallecen cuando están dormidos. Los tres elementos que se proponen son:
-Un momento crítico en el desarrollo de los bebés: la mayoría de los casos de Muerte Súbita se dan entre los 2 y 4 meses de vida, donde se da la mayor cantidad de cambios en el sistema nervioso central y sistema inmune.
– Vulnerabilidad intrínseca: ciertos bebés presentan alguna alteración a nivel cerebral o genético que los hacen más propensos a padecer de esto. Recientemente se ha estudiado una alteración en el receptor 2A/C de serotonina en el bulbo raquídeo, presente en casos de síndrome de muerte súbita en comparación con casos control. Las señales de estos receptores contribuyen al control de excitación y autoresucitación (que tan fácil es que un bebé se despierte y salga del sueño profundo), protegiendo los niveles de oxígeno durante el sueño.
-Factores ambientales: posición prono (boca abajo), sábanas sueltas, compartimiento de superficies.
De los tres elementos del modelo de triple reisgo, el único que podemos controlar es el externo, el de factores ambientales.
La campañana “Back to Sleep” (“Espalda para dormir”), iniciada en 1994, cuya principal recomendación era que todos los bebés deben ser acostados sobre su espalda para dormir para evitar el Síndrome de Muerte Súbita, hizo que hubiera un descenso muy marcado de los casos en la década de los 90, sin embargo, la tasa de Muertes Relacionadas al Sueño se ha mantenido estancada después del año 2000. De 2019 a 2020, hubo un aumento del 15% en los casos de síndrome de muerte súbita infantil en Estados Unidos. Se sugiere que la causa de esto pordría ser el aumento en la presión recibida por parte de padres y cuidadores durante la pandemia, el seguimiento clínico limitado y la falta de una red de apoyo pudieron haber contribuido a esto.
En junio de 2022, la Academia Americana de Pediatría publicó las recomendaciones actualizadas para disminuir el riesgo de Muertes Relacionadas al Sueño, que se resumen en lo siguiente:
-Acostar al bebé sobre su espalda siempre que esté dormido.
-Utilizar una superficie plana, con menos de 10 grados de inclinación, diseñada para dormir.
-Ofrecer lactancia materna siempre que sea posible, ya que es un factor protector.
– Colecho seguro (en una superficie propia) en el cuarto de los cuidadores por un mínimo 6 meses
-Mantener el espacio de sueño libre de sábanas sueltas, almohadas, peluches, posicionadores, bumpers y cualquier cosa que no sea solo la sábana bien posicionada en el colchón.
-Utilizar un chupete para la hora de dormir es un factor protector
-Evitar la exposición a alcohol, humo, nicotina, marihuana, opioides y drogas ilícitas durante el embarazo y después del nacimiento.
-Evitar el sobrecalentamiento (vestir con muchas capas y cubrir la cabeza)
-Aplicar las vacunas recomendadas por edad
-No utilizar monitores Cardio respiratorios como una estrategia para reducir el Síndrome de muerte súbita.
– Tiempo boca abajo estando despierto y supervisado, desde que se regresa del hospital
Todas estas recomendaciones son dadas luego de muchos años de estudios, con el propósito de disminuir los factores ambientales que sí podemos controlar, ya que aún está en estudio una manera de poder evaluar cuál bebé tiene la alteración genética o cerebral que lo hace más propenso a fallecer estando dormido. Entre más conocimiento tenemos, más responsabilidad tenemos.