El 09 de marzo celebramos el Día Mundial del Riñón, y este año, nos tomamos todo el mes para concientizar sobre las implicaciones de la enfermedad renal y cómo combatirla.
Cuando por cualquier razón los riñones pierden la capacidad de filtrar la sangre, los niveles de desechos que se acumulan, elevan la presión arterial, causando que el cuerpo retenga líquidos y no produzca suficientes glóbulos rojos, derivando en la insuficiencia renal cuando ya se ha perdido el 90% de la capacidad filtradora.
Los tratamientos de la enfermedad renal buscan hacer el trabajo que los riñones enfermos han dejado de hacer, por lo cual, se deben seguir al pie de la letra, las recomendaciones dictadas por el médico en relación a los hábitos de una vida saludable y medicación. Los dos tratamientos más comunes para la enfermedad renal, son la diálisis y el trasplante de riñón, siendo este último el elegido más comúnmente para tratar la insuficiencia renal, pues ayuda a que el paciente se sienta mejor y viva más tiempo.
El trasplante renal, es un procedimiento quirúrgico en el que se coloca un riñón sano de un donante vivo o fallecido, en un paciente cuyos riñones ya no funcionan correctamente. El trasplante de riñón está asociado con menores restricciones en la dieta y menor costo en el tratamiento, sin embargo, aunque puede tratar la enfermedad renal avanzada e insuficiencia renal, no es una cura para las mismas. Algunas formas de enfermedad renal pueden volver después del trasplante, con riesgos asociados al rechazo del órgano y efectos secundarios a raíz de los medicamentos inmunodepresores.
En caso de que el paciente decida realizarse un trasplante, debe tomar en consideración que posterior a la cirugía estará más expuesto a contraer infecciones, por lo cual deberá mantener distancia y evitar, compartir utensilios de comida, toallas, cepillos de dientes y aglomeraciones. Además, antes de salir de casa, debe usar protector solar y asegurarse de que no estará expuesto a la luz del sol directamente por mucho tiempo. En el mismo orden de ideas, existen algunos factores que pueden impedir que sea elegible para recibir un trasplante de riñón, tales como una edad avanzada, enfermedades cardiacas graves, cáncer activo o con tratamiento reciente, enfermedades mentales, y muy especialmente el abuso de alcohol y drogas.
Así pues, para prevenir la enfermedad renal, cuidar sus riñones y evitar los tratamientos, es recomendable:
- Hacer ejercicio por lo menos 30 minutos al día.
- Beber agua.
- Controlar la dieta y el consumo de sal.
- Disminuir el consumo de azúcar.
- Limitar el consumo de alcohol.
- No fumar.
- Controlar periódicamente nuestra salud.
Los trasplantes de riñón impactan considerablemente, tanto económica como psicológicamente en el paciente y su grupo cercano, por lo que se vuelve sumamente importante aquella frase de “Cuidar es querer”, pues costumbre que hoy divierten, mañana pueden causar diversas incomodidades. La mejor forma de evitar enfermedades renales es prevenirlas y tratarlas oportunamente, pues éstas no distinguen de género, raza, ni condición social.
Por: Valeria Luna Durán