llegar diciembre es común que muchos grupos de católicos en América Latina tengan en mente hacer diversas celebraciones entre estas las Posadas.
Son un motivo para reunir a familiares, amigos y vecinos leer las lecturas del nacimiento de Cristo, cantar villancicos, al igual que degustar dulces, dar chocolates y tomar ponche de huevo a ritmo de panderetas y guitarras.
Esta tradición refleja la travesía de María y José desde Nazaret hasta Belén para buscar un lugar para que naciera su hijo Jesús en aquellos tiempos en que César Augusto ordenó un censo.
En este alojamiento simbólico los peregrinos (María y San José vestidos con atuendo de la época), quedan fuera, luego se hacen cantos y las personas que están dentro de la casa los reciben cantando.
Este ambiente de armonía tuvo su raíz en el México prehispánico, en que los aztecas celebraban la llegada del dios de la guerra Huitzilopochtli para los días de invierno entre el 6 y 26 de diciembre. Con la llegada de los conquistadores se aprovechó esta coincidencia con la celebración de Navidad para cambiar la imagen de la deidad azteca por José y María.
Según el diario AS México, la primera posada se realizó hace 438 años en Teotihuacán en un convento llamado Agustín de Acolman bajo la petición de Fray Diego de Soria y aprobación del Papa Sixto V 1587. En esta solicitud se iniciaron a realizar 9 misas antes del día de Navidad.