Los family office son entidades establecidas para gestionar los asuntos financieros, las inversiones y otros aspectos propios de un patrimonio familiar. Su extenso servicio requiere de un accionar único y cada vez más innovador, lo que puede exigir mayor uso de la tecnología, mejorando la eficiencia de los servicios bajo una constante transformación y sofisticación.
Esto implica, que los avances sean acompañados de sistemas de seguridad mucho más efectivos, dado que los desafíos y riesgos en las comunicaciones e intercambio de datos cada vez más se ven amenazados. La automatización y la ciberseguridad debe trabajarse de la mano camino a ejercer un empleo más eficiente en el tiempo y esto lo han entendido en K&B Family Office, de acuerdo a Louise Laborde responsable del área de Middle Office.
La era de la tecnologización en los servicios
La disrupción tecnológica es una tendencia prevalente en todas las industrias. No obstante, algunos nichos requieren de más vigilancia bajo sus normas de actuación y cumplimiento, de manera que, facilite la gestión eficaz de todos los procesos, acceso a los datos y el intercambio seguro de documentación.
La gestión con los clientes bajo el CRM, brinda una mejor experiencia y al combinar con una comunicación más precisa y directa, genera una práctica más positiva en los resultados de cada usuario. Por supuesto, la digitalización no solo ha cambiado la forma en que operan los family office, sino que también, ha brindado accesibilidad a los mercados privados locales e internacionales facilitando inversiones más directas y una serie de nuevas herramientas de inversión alineadas con un cambio de poder de la industria fintech hacia los inversores.
Esto permite acceso en cualquier momento a:
- Reportes fiscales
- Reportes Financieros y Contables
- Facturas
- Movimientos bancarios
- Información de contactos y comunicación directa
- Acceso exclusivo iCloud, almacenado la información
Bajo estos estándares cada family office, debe lograr un equilibrio entre la sofisticación y complejidad de las nuevas plataformas tecnológicas y sus necesidades, expectativas y capacidades. Un desafío central es abordar tanto los requisitos a corto plazo como las tendencias futuras de un sector en constante evolución, para tomar las decisiones correctas.