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Las enfermedades auto inmunes y su raíz emocional

Publicado el

Mónica Naranjo 

Psicoterapeuta Especializada en Bienestar Emocional

Marzo es el mes de la concientización sobre las enfermedades autoinmunes, de acuerdo con el Hospital del Niño, para el año 2019 en Panamá se estimaba que al menos 240 mil personas vivían con alguna condición auto inmune, a nivel mundial se estima que alrededor de un 5 – 8% vive con alguna condición autoinmune donde aproximadamente el 78% son mujeres.

Estas enfermedades son la consecuencia de un funcionamiento inadecuado del sistema inmune donde, por error, el sistema inmune ataca células de tejidos sanos confundiéndolos con tejidos ajenos. El cuerpo se ataca a sí mismo.

Hoy en día, la ciencia afirma que existe una alta correlación entre el trauma emocional y el desarrollo de una enfermedad auto inmune, la biodescodificación (Basada en las 5 leyes biológicas y sin pretensión de ser ciencia) por su parte, nos permite encontrar el origen emocional de la vivencia traumática de acuerdo con el tejido afectado y la enfermedad diagnosticada. En el contexto emocional al igual que en el biológico la autoinmunidad implica un conflicto de ataque a la propia identidad, generalmente vivido en desvalorización con rabia o ira en cuanto a lo que uno es.

Las personas con algún diagnóstico auto inmune suelen ser de carácter muy complaciente y tener la sensación de que si algo en su entorno sale mal es por su culpa. Suelen ser personas muy rígidas, que se cargan mucho más de lo que les corresponde, con la intención de ser buenas personas. Lo anterior, producto también de las pautas de crianza, las expectativas sociales y culturales sobre el ser servicial.

En este contexto de autoexigencia por ejemplo se desarrolla la artritis, donde hay una inflamación de las articulaciones en un contexto de desvalorización por acciones puntuales que se viven con rabia hacia uno mismo, por no lograr hacer algo de manera “perfecta”, en un contexto de sobre exigencia y autocrítica. Es el ataque por no hacer algo suficientemente bien.

En la misma línea de la autoexigencia y la desvalorización en un contexto más amplio, es decir no sólo por acciones puntuales, se puede desarrollar Lupus Erimatroso, donde la persona se siente sin derecho a existir y que todo lo malo le pasa. Hay una sensación de no tener control sobre su propia vida en el contexto de varias vivencias con la tonalidad de chivo expiatorio.

La Esclerosis Lateral Amoitrófica, se desarrolla a nivel del sistema nervioso, donde el individuo siente una profunda desvalorización en términos del movimiento, es decir de haber querido ir pero no poder, o de haber querido huir pero no haberlo hecho, el movimiento que quise haber hecho o no quise hacer y se hizo, y me culpo por eso o me siento desvalorizado por eso. Sentirse atrapado, miedo a perder el control (por culpa propia) y una profunda autoexigencia son el contexto emocional del ELA.

Por otro lado, cuando el ataque interno se vive desde la desvalorización por ser quién se es, con la intención de desaparecer al sentirse sucio o no parte de (no ser visto o ser rechazado) el vitíligo puede sobrevenir, en este caso el sistema inmune ataca las células que producen melanina de tal forma que la persona queda “limpia” o “invisible”.

Los anteriores son algunos ejemplos de muchas enfermedades auto inmunes. Lo más relevante es que independientemente del órgano afectado, la auto inmunidad surge en un contexto de autocrítica, auto exigencia y desvalorización. Claramente, ningún individuo desea tratarse mal, usualmente son patrones heredados, diálogos internos y exigencias que se adoptan como propias.

Es importante que las personas que tienen algún diagnóstico de auto inmunidad aprendan a ser muy compasivas consigo mismas, si eres tu mientras lees esto, nada de lo que te sucede es tu culpa, la biología responde de acuerdo a una estructura inconsciente, fuera completamente del control racional, nadie se enferma porque quiere, y sin embargo el cuerpo nos habla y nos muestra que es lo que nos ha dolido. La autocompasión, el aprender a hablarse bonito, darse permiso a equivocarse a propósito, son pequeños pasos para salir de la desvalorización y la autocrítica, incluso, hablarle bonito a la parte que es auto exigente es primordial para sanar emocionalmente. Y aunque sanar emocionalmente no necesariamente implica curar, liberar las cargas de la autoexigencia si disminuye los niveles de estrés en personas con enfermedad autoinmune, lo que a su vez puede tener un impacto favorable en sus síntomas.

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