Por: Licenciada Jennyfer Vásquez Docente especialista en adolescentes
Máster en psicología infantil y de adolescentes
Máster / Mentor /Coach profesional de adolescentes y familias
En la etapa adolescente, es muy común que los jóvenes experimenten una serie de cambios físicos, hormonales y emocionales que pueden resultar abrumadores para ellos y para sus familiares. Algunos adolescentes pueden sentirse frustrados, confundidos y desorientados ante la presión de las expectativas de la sociedad, la familia y los amigos. En muchas ocasiones, estos sentimientos de irritabilidad y confusión pueden manifestarse en forma de agresión, por no ser gestionados de manera adecuada.
La agresividad en los adolescentes es un fenómeno complejo y multifacético, que puede manifestarse de diferentes formas y en distintos contextos. Puede ir en primera instancia desde la expresión de la ira y la hostilidad verbal, hasta la violencia física y la confrontación directa con las personas que están a su alrededor.
La agresividad adolescente puede provocar conflictos en el entorno familiar, escolar y social, y puede llegar a tener consecuencias negativas para el bienestar emocional y la salud mental de los adolescentes. Si los adultos acompañantes que los rodean, no están atentos y pueden distinguir comportamientos que ya no son normales de la etapa, esto puede aumentar el desafío de la agresividad, haciéndolo más difícil de sobrellevar.
Las causas de la agresividad en los adolescentes pueden ser diversas y varían de un adolescente a otro. Algunos factores que podemos mencionar según estudios y relacionados con la agresividad en la adolescencia incluyen:
1. Problemas de comunicación: Los adolescentes que no pueden expresar sus emociones de manera efectiva pueden recurrir a la agresividad como una forma inapropiada de comunicarse.
2. Influencia del entorno: Factores como la violencia en el hogar, la exposición a medios de comunicación violentos no acordes a su criterio de edad, o la pertenencia a grupos de delincuentes, pueden fomentar comportamientos agresivos en los adolescentes.
3. Problemas de autocontrol: Los adolescentes que tienen dificultades para gestionar sus emociones y comportamientos pueden recurrir a la agresividad como una forma de liberar la tensión interna.
4. Experiencias traumáticas: Eventos como abusos, bullying o la pérdida de un ser querido, o una mascota, pueden desencadenar sentimientos de enojo y frustración que se expresan a través de la agresividad.
5. Problemas de autoestima: Los adolescentes con baja autoestima pueden sentirse incapaces de expresar sus necesidades de manera adecuada, lo que puede provocar comportamientos agresivos para llamar la atención.
6. Problemas de conducta en la infancia: Los adolescentes que han tenido problemas de conducta desde temprana edad pueden tener dificultades para gestionar sus emociones y controlar su agresividad en la adolescencia.
7. Consumo de sustancias: El abuso de drogas y alcohol puede desinhibir a los adolescentes y llevarlos a comportamientos agresivos.
8. Factores biológicos: Algunas investigaciones sugieren que ciertos factores genéticos y neurobiológicos pueden estar relacionados con la agresividad en los adolescentes.
Es importante destacar que la agresividad en los adolescentes no es necesariamente indicativa de un trastorno de conducta o de un problema psicológico. Sin embargo, es crucial abordar este comportamiento de manera adecuada para prevenir futuras complicaciones. Es fundamental para los padres, educadores y profesionales de la salud mental comprender las causas y desencadenantes de la agresividad en los adolescentes, así como aprender estrategias efectivas para manejar esta conducta.
Una de las estrategias más importantes para manejar la agresividad en los adolescentes es fomentar la comunicación abierta y el diálogo constructivo. Los adolescentes necesitan sentirse escuchados y comprendidos, y es fundamental crear un ambiente de confianza, aceptación y respeto para que puedan expresar sus emociones y preocupaciones de manera segura sin sentirse juzgados. Los adultos deben estar dispuestos a escuchar activamente a los adolescentes, validar sus sentimientos y proporcionarles apoyo emocional, por ello recalcamos siempre la importancia de la educación en la etapa adulta.
Además, es importante establecer límites claros y consistentes en relación con la agresividad. Los adolescentes deben ser conscientes de las consecuencias de su comportamiento agresivo y de las reglas y normas que rigen su conducta. Es fundamental establecer un marco de disciplina positiva que promueva la responsabilidad y la autonomía de los adolescentes, al tiempo que fomente la resolución pacífica de conflictos.
Otra estrategia efectiva para manejar la agresividad en los adolescentes es fomentar el desarrollo de habilidades de afrontamiento adecuadas. Los adolescentes deben ser alentados a identificar y expresar sus emociones de manera saludable, así como a utilizar estrategias positivas y constructivas para gestionar el estrés, la ansiedad y la ira. Es importante enseñar a los adolescentes técnicas de relajación, meditación y mindfulness para ayudarles a gestionar sus emociones de manera saludable. Si se sienten como adultos acompañantes de adolescentes que necesitan el apoyo de un profesional de la etapa o la salud mental, es importante que no duden en buscarlo.
Por último, es crucial brindar apoyo y orientación a los adolescentes agresivos para que puedan aprender a canalizar su energía de manera positiva y constructiva. Los adolescentes deben ser alentados a participar en actividades creativas y deportivas que les permitan liberar tensiones y expresar sus emociones de manera saludable.