Por:@abogadarinarios
El liderazgo y la participación de la mujer ya sea en la política, y en el aspecto social en Panamá, y a nivel mundial es muy limitada.
En la actualidad, persisten estereotipos de géneros discriminatorios que buscan solo utilizar a la mujer como soporte de las plataformas de líderes masculinos. Cuando en realidad para que logremos la verdadera democracia, se requiere el protagonismo tanto del hombre y de la mujer, la paridad de género.
Solo, el mes pasado, podemos analizar las cifras para la participación por la libre postulación a nivel nacional, que los datos arrojan un treinta y un por ciento 31% aproximadamente de mujeres que presentaron su candidatura para un cargo de elección popular por la libre postulación. Es decir, 225 hombres y 69 mujeres presentaron sus candidaturas por la libre postulación.
Hechos y datos, como estos son preocupantes y nos invita a reflexionar y determinar cuál es la problemática, ya que de seguir así, estaremos cada día más lejos de lograr el objetivo de la paridad de género. Sabemos que existen obstáculos previos y posteriores, cuando una mujer decide participar en la política, por lo que procederemos a identificar los más significativos, en miras de mitigar la ocurrencia de algunos de ellos:
- Estereotipos de géneros discriminatorios,
- Falta de experiencia política,
- Falta de educación formal o política y acceso limitado a la información,
- El miedo a ser juzgada, por supuestamente descuidar las labores del hogar y de la familia,
- Violencia dentro del hogar,
- Poco respaldo económico.
En este sentido, no podemos solucionar o dirimir la situación en la que la mujer panameña, aún con más de 80 años de gozar de derechos y capacidades jurídicas, sino somos realistas y objetivas, en definir, cuál es el problema que en la actualidad acecha para lograr los objetivos e ideales de nuestras antecesoras. Y es que la principal problemática, de hoy en día, radica en que no conocemos la historia, la lucha, los motivos, y estamos las mujeres siendo distraídas o manipuladas psicológicamente por algunos medios de comunicación y redes sociales en temas triviales e inmaduros sin propósitos.
Esta servidora en su humilde opinión y apenas adentrándome a la participación como mujer en la política, recomiendo el abrir espacios desde temprana edad a nuestras jóvenes adolecentes, ya que sería fundamental para su formación y pensamiento crítico, desde los catorce años, conocer los derechos y capacidades políticas que gozarán y usaran a sus 18 años, y así lo tomarán con mucha responsabilidad y privilegio, siendo más solidaria a su identidad como mujer panameña.