La Primera Dama ha sido siempre, la anfitriona del palacio presidencial ¡Siempre está bajo el ojo público! Por eso, a pesar de que muchos piensen lo contrario, su ropa SÍ importa ¡Y cómo no va a importar! Si al estar ligadas directamente a una estructura política, su influencia se extiende desde la opinión pública hasta el mundo de la moda. En el caso de las primeras damas, una elección de outfit puede estar tremendamente cargada de significado político o moral ante el ojo público.
Así, más conservadoras o modernas, todas ellas han empleado la moda para construir una imagen que va de la mano con el papel que han decidido desempeñar. En el caso de Estados Unidos, es casi imposible hablar de moda en la Casa Blanca sin mencionar el nombre de Jackie Kennedy. De 1961 a 1963 esta Primera Dama rindió todos sus esfuerzos a ser la viva imagen del sueño americano. Ella vestía la vida que toda mujer deseaba tener, el “Estilo Jackie”, que de hecho favoreció a muchas marcas como Dior, Givenchy y Chanel, era el brillo e ideal de los años sesenta. Entre sus piezas características se incluyen sus sombreros pillbox, vestidos de Oleg Cassini, grandes gafas de sol y trajes de tweed de dos piezas.
Ahora, hay que dar un verdadero salto en el tiempo para hacer un contraste de dos damas con estilos fabulosos, pero al mismo tiempo, completamente diferentes: Michelle Obama y Melania Trump. Por un lado, del 2008 al 2016, Obama se convirtió en el hito del carisma. Siempre intentando simbolizar lo nuevo, la ilusión americana que todo lo bueno está a punto de llegar y sin temor a la hora de arriesgar su vestuario, era habitual que dejara su próximo outfit en manos de diseñadores emergentes como María Cornejo, Thakoon o Isabel Toledo, en donde muchos expertos comentan que después de que la primera dama luciera una de estas prendas, los ingresos de la marca podían elevarse hasta en 11 millones de euros. Obama supo y sabe usar de la mejor manera su herramienta de la moda, así que no era extraño verla con fabulosos vestidos posando para VOGUE, como con mallas y zapatos deportivos cuando la situación lo ameritaba.
Por otro lado, está Melania Trump, opuesto a Obama, la determinación del estilo de Melania siempre estuvo caracterizado por el lujo sin fin. A pesar de la gran cantidad de escándalos que ocasionaron ciertos de sus outfits, como cuando visitó uno de los hogares de acogida de niños migrantes con una chaqueta de Zara en la que ponía ‘Really don’t care, Do you?’ (Realmente no me importa, ¿y a ti?), es innegable que el estilo de Trump se enfoca en lo que siempre ha dado entender: no hay nada mejor que el lujo. Independientemente de los escándalos causados, cada una de sus prendas no fueron menos que impecables y de alta costura. Algunas de sus piezas características podrían ser sus tacones de 13 cm de Louboutin, y su chaqueta de Dolce & Gabbana de $50.000.
Ahora, si bien las Primeras Damas de los Estados Unidos representan el hito de la moda, en Panamá no nos quedamos atrás. Las primeras damas panameñas siempre han destacado en cuanto a buen gusto, estilo y carisma, y los casos de Vivian Fernández de Torrijos, Marta Linares de Martinelli y Lorena Castillo de Varela, no son la excepción. En el caso de Vivian, es evidente que el estilo de mujer autosuficiente va de lo más con sus atuendos elegantes para los casos requeridos, y un poco más casuales en los momentos pertinentes, siendo su vestido blanco con parches florales, hecho para la toma de posesión del expresidente Torrijos uno de los más característicos. Por su lado, Marta Linares también mantiene esa aura de elegancia en todo momento y su vestuario siempre lo ha demostrado, manteniendo un estilo similar al de la anterior dama, ambas con gustos parecidos en diseñador como lo son Sara Bassan y Gaby Valenzuela.
Ahora, en el caso de Lorena Castillos, siempre dio el aspecto conservador y elegante que todos esperaban, con colores pastel, y siempre inmaculados y a la medida. Con una diferente elección de diseñador como lo fue Rosa Clará.
Entonces, en un terreno tan resbaladizo como lo es la política, es importante comprender que hasta la ropa y el estilo pueden resultar herramientas para llevar un mensaje o amplificar una idea, que no solo sirve para comunicar, sino como forma de diplomacia ¡Nada de esto es deliberado! Y por eso es que cada una de estas mujeres posee una responsabilidad muy grande para mantener la imagen que han decidido lucir.
Por Ysabel Collado P.