Como una tormenta ha pasado a convertirse la realidad que se ve todos los días en la frontera del Darién debido al paso de migrantes de diversas nacionalidades que salen de sus países para mejorar su situación socioeconómica, por violencia e inestabilidad política.
Según estadísticas registradas por Migración en 2023 pasaron el tapón unas 320 mil personas superando las cifras del 2022.
La mayor cantidad de nacionalidades que hacen este recorrido hacia los Estados Unidos y Canadá son de venezolanos, ecuatorianos, haitianos, colombianos, chinos entre otros.
Espirales de violencia, falta de oportunidades y agudas crisis políticas han hecho a que muchos con deseos de superarse y de ir a “prometidas tierras” sean víctimas de mafias, peligros de la selva y grupos armados.
Esta situación nos hace recordar el cuento del escritor méxicano Juan Rulfo (1917-1986) “Paso del Norte”, en que aborda el tema de la migración entre un padre y un hijo. Y es que a pesar de su publicación en 1953 se demuestra que esta convulsa realidad no es nueva y que tampoco tiene una geografía definida.
Es importante mencionar que en una declaración que dijo para EFE la experta del Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Johana Tejeda López que publicó, La Estrella de Panamá “el 2003 ha sido un año en que se ha batido un récord. Han pasado más de 100.000 niños, niñas y adolescentes, de ellos el 50 % son menores de 5 años”.
Causa asombro ver como menores de edad, bebés y mujeres junto a sus padres pasan esta frontera con un futuro incierto, ya que muchos han encontrado muerte en el camino o por otro lado suelen ser objetos de explotación y abusos físicos, sexuales y psicológicos.
Detrás de esto hay traficantes de humanos que usan a estas personas.
Según la Organización Internacional para Migraciones el tráfico ilícito de migrantes es el traspaso ilegal de una frontera, como lo hacen por ejemplo los coyotes. La gran diferencia entre “tráfico” y “trata” radica en que el tráfico atenta contra las leyes del Estado al que se ingresa irregularmente, mientras que la trata atenta contra los derechos humanos de una persona.
Este es un delito que atenta en contra de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional.
Vale la pena recordar el hecho que el fuego que se dio en la estación de refugios de San Vicente en Darién en que quedaron involucradas 44 migrantes irregulares, según el tabloide El Siglo.
Este es un problema que no tiene una solución cercana por lo que solo queda que las autoridades de seguridad cooperen para hacer todo control de la forma más humanitaria posible sin pasar por alto las leyes.