La incontinencia urinaria, pérdida del control de la vejiga, es un problema frecuente y que a menudo causa vergüenza. La intensidad abarca desde perder orina ocasionalmente cuando toses, ríes o estornudas hasta tener una necesidad de orinar tan repentina y fuerte que no llegas al baño a tiempo.
Aunque ocurre con más frecuencia a medida que las personas envejecen, la incontinencia urinaria no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. Incluso muchas pacientes jóvenes se ven afectadas por esta patologia. Si la incontinencia urinaria afecta tus actividades diarias, no dudes en consultar al médico.
Para la mayoría de las personas, los cambios simples en el estilo de vida y la dieta o la atención médica pueden tratar los síntomas de la incontinencia urinaria.
Muchas veces pensamos que es una enfermedad infradiagnosticada, ya que existe al día de hoy bastante vergüenza a la hora de reconocer que una mujer padece una incontinencia urinaria. Sin embargo en general, los hombres no tienen tanto pudor por acudir al médico cuando la sufren.
Muchas personas experimentan pérdidas de orina menores y ocasionales. Otros pueden perder cantidades pequeñas o moderadas de orina con mayor frecuencia.
Los tipos de incontinencia urinaria comprenden:
- Incontinencia de esfuerzo. La orina se escapa cuando ejerces presión sobre la vejiga al toser, estornudar, reír, hacer ejercicio o levantar algo
- Incontinencia urinaria por urgencia. Tienes una necesidad repentina e intensa de orinar, seguida de una pérdida involuntaria de orina. Es posible que tengas que orinar con frecuencia, incluso durante toda la noche. La incontinencia urinaria por urgencia puede deberse a una afección menor, como una infección, o a un trastorno más grave, como un trastorno neurológico o diabetes.
El primer paso que debe dar el especialista es confirmar que se trata de una pérdida de orina totalmente involuntaria y objetivamente demostrable.
Para establecer un diagnóstico correcto, se deben distinguir los factores externos y los trastornos de las vías urinarias que originan la incontinencia, por lo que será necesaria una exploración física minuciosa que incluya un examen de la sensibilidad perianal y estudios analíticos, radiológicos y urodinámicos.
Además, el profesional debe tener en cuenta los antecedentes personales y las enfermedades concomitantes, como las enfermedades neurológicas, patologías sistémicas con repercusión sobre el sistema nervioso central y las intervenciones quirúrgicas previas que hayan afectado al tracto urinario, al abdomen, pelvis y a la columna vertebral. Asimismo, se debe controlar la medicación y alimentación , que toma el enfermo, ya que algunas sustancias pueden desencadenar o agravar la incontinencia.
Los efectos psicosociales de la incontinencia suelen llevar implícitos numerosos trastornos emocionales, entre los que se encuentran la pérdida de autoestima y la discontinuidad en las actividades laborales, sexuales y sociales.
Muchos afectados se niegan a alejarse de su entorno familiar por temor a enfrentarse a situaciones embarazosas, limitando sus tareas habituales y su independencia,sentimientos de humillación personal, vergüenza ante sí mismo y ante los demás, reacciones emocionales de inseguridad,inhibición afectiva,ansiedad, depresión, tristeza,inhibición de la sexualidad, incapacidad para afrontar los problemas y aislamiento social.
El objetivo fundamental del tratamiento debe ser siempre mejorar la calidad de vida de las pacientes, por lo que es prioritario conocer sus preferencias, el tipo de vida que llevan y sus circunstancias personales. En todos los casos deben analizarse con las pacientes, las ventajas e inconvenientes que conlleva cada una de las opciones terapéuticas.
Las posibilidades terapéuticas ante la incontinencia femenina incluyen básicamente farmacoterapia, cambios en la dieta, ejercicios de rehabilitación del suelo pélvico, tratamiento paliativo (absorbentes) y tratamiento quirúrgico.
Considerar una evaluación por un ginecólogo , uroginecólogo o urólogo debe ser lo correcto para poder diagnosticar y derivar prontamente a las pacientes afectadas por esta patología.