Cuando me pongo cursi: Entre palabras y fotografías, un homenaje a la vulnerabilidad Desde el prefacio de Cuando me pongo cursi, María José Sucre nos introduce en un universo íntimo donde la poesía, la fotografía y la reflexión se entrelazan para invitar al lector a un diálogo sincero consigo mismo. Publicado en noviembre de 2024, el libro no solo ha sido reconocido por su profundidad emocional y estética, sino que también fue catalogado por Amazon en su primera semana de publicación como la mejor novedad en la categoría de Artes, Cine y Fotografía, un logro que reconoce su impacto en el panorama literario y artístico contemporáneo. El lanzamiento oficial del libro fue llevado a cabo en el Centro Espacio Arte de Panamá y contó con la introducción por parte de la escritora ganadora del Premio Nacional de Literatura Ricardo Miró, Eyra Harbar. Una autora multifacética María José Sucre es mucho más que poeta. Psicóloga de formación, consultora y emprendedora, ha construido una trayectoria profesional que combina el desarrollo humano con la innovación empresarial. Es fundadora de Humanidea, una firma de consultoría en gestión del talento que integra soluciones tecnológicas para optimizar el desempeño organizacional. Esta combinación de disciplinas define su mirada única: como psicóloga, comprende las emociones humanas en su complejidad; como emprendedora, busca crear herramientas para transformar vidas; y como autora, utiliza la poesía como un medio para explorar y compartir sus propias experiencias. “Escribir me permitió sanar y conectar con mi esencia”, confiesa Sucre, “y mi mayor deseo es que este libro inspire a otros a hacer lo mismo”. La esencia de Cuando me pongo cursi El libro está dividido en capítulos temáticos, cada uno explorando facetas de la vida como el amor, la sanación y el paso del tiempo. Los poemas de Sucre combinan una sencillez que los hace accesibles con una profundidad que invita a la introspección. A través de fotografía callejera, retratos e imágenes de la naturaleza —árboles, mares, estaciones—, la autora simboliza emociones y procesos de transformación. Uno de los grandes atractivos de la obra son las actividades prácticas incluidas al final de cada capítulo. Estas invitan al lector a escribir sus propias reflexiones, a través de ejercicios diseñados para fomentar la creatividad y explorar el poder sanador de las palabras. Por ejemplo, en una de estas actividades, Sucre reta a los lectores a narrar un momento de sanación personal mediante la rima encadenada. “La poesía tiene un poder que a menudo subestimamos”, afirma la autora. “Es una herramienta de autoconocimiento que puede ayudarnos a encontrar claridad en medio del caos”. La fotografía como extensión del poema Pero Cuando me pongo cursi no se limita a las palabras. El libro está acompañado por una colección de fotografías que Sucre capturó a lo largo de los años, muchas de las cuales han sido exhibidas en exposiciones locales e internacionales. Estas imágenes no solo complementan los poemas, sino que también funcionan como piezas independientes de arte visual. Las fotografías, al igual que los textos, encuentran su inspiración en los gestos cándidos, la naturaleza y los pequeños detalles de la vida cotidiana. En palabras de la autora, “cada imagen acompaña a un poema; y se convierten en momentos congelados que buscan transmitir una emoción, una verdad, una historia”. Un aporte a la literatura y el arte Con Cuando me pongo cursi, María José Sucre no solo consolida su voz como autora, sino que también redefine el concepto de vulnerabilidad como una fortaleza. Su obra es una invitación a explorar las emociones humanas con valentía y honestidad, a través de palabras que inspiran y fotografías que conmueven. El libro, que ya está disponible en formato físico y digital, representa un importante aporte a la literatura panameña y más allá. Sucre ha demostrado que el arte puede ser tanto un refugio como un puente, y que la combinación de poesía y fotografía tiene el poder de transformar las perspectivas y sanar corazones. A medida que Cuando me pongo cursi encuentra su camino hacia las manos de nuevos lectores, queda claro que esta obra no es solo un libro; es un acto de conexión. Con cada página, María José Sucre nos recuerda que, en las palabras y en las imágenes, podemos encontrar no solo belleza, sino también el coraje para ser auténticos.
Cuando me pongo cursi: Entre palabras y fotografías, un homenaje a la vulnerabilidad
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