Nuestro país pasa por una crisis que ha tenido efectos negativos en muchos sectores empresariales, profesionales, informales, que buscan su pan de cada día.
Si hay una luz que se ha notado, es una nueva generación de panameños, que creen en las actividades ecológicas y una actitud pacífica, lo que representa el contrapeso del extremismo y la intolerancia.
Panamá siempre ha sido una tierra de paz, que ha sabido resolver la mayoría de sus problemas con diplomacia y buen entendimiento. Por ejemplo el surgimiento de la república y las negociaciones del Canal.
La única manera de seguir adelante es dialogar, trabajar y ser tolerantes para que el civismo se mantenga, porque la democracia es un bien, donde todos tenemos voces, pero, que es débil como un cristal.
Respetar todo tipo de ideas nos hace grandes y es una manera de recordar aquella frase de Benito Juárez, “El respeto al derecho ajeno es la paz”.
Lo que tiene que predominar es la calma, concordia y eliminar los intereses políticos para que nos sintamos en un ambiente en que ganemos todos.