Para el año 2020 hubo 20 millones de personas con cáncer y 10 millones de muertes por esta causa, según cifras de la Organización Mundial de la Salud. Más de la mitad son causados por los siguientes: mama, pulmón, colorrectal, próstata, estómago e hígado. Se han encontrado patrones importantes en la incidencia según la ubicación geográficas en las distintas poblaciones, por ejemplo, un tipo de cáncer que es común en un lugar del mundo puede ser muy raro en otro lugar. Durante décadas se han estudiado estas diferencias esperando identificar sus causas.
Se estima que para el año 2032 estas cifran incrementen a 25 millones y a más de 30 millones para el año 2040, tomando en cuenta el crecimiento de la población e incremento de edades avanzadas.
Hay dos factores muy importantes en la formación de mutaciones: daños en el ADN y en la división celular. Todo agente que cause una alteración en estas vías puede ser causal de un incremento en la incidencia de cáncer, así como errores en la replicación que pueden ocurrir de manera espontánea.
El envejecimiento y enfermedades degenerativas relacionadas causan estrés al ADN y producen incremento en la acumulación de sustancias que producen “oxidación” celular, eso se acumula con el paso del tiempo y con la edad. Nuestro cuerpo tiene mecanismos a través de los cuales se producen defensas antioxidantes, que pueden fallar.
Se pueden establecer dos tipos de factores causantes del cáncer: Intrínsecos y exógenos. El día de hoy conversaremos un poco acerca de los factores exógenos.
- El tabaco es el factor de riesgo más importante en el desarrollo del cáncer de pulmón, es raro que se diagnostique en una persona no fumadora. Evitar el cigarrillo puede prevenir al menos 15 diferentes tipos de cáncer. El cigarrillo tiene un perfil químico muy complejo con miles de ingredientes, entre los cuales se encuentran sustancias carcinogénicas como: hidrocarbonos aromáticos no policíclicos, N-nitrosaminas, aminas aromáticas, aldehídos, metales e hidrocarbonos orgánicos volátiles. En su mayoría son transformados dentro de la célula creando alteraciones importantes en el ADN, y este proceso compite con el proceso de detoxificación y reparación celular.
- La dieta juega un papel importante y se ha estudiado su relación con el consumo de grasa y azúcar, así como de las sustancias químicas utilizadas para preservar los alimentos. Por ejemplo, la incidencia de cáncer de colon es menor en África donde se consume alta tasa de fibra y el cáncer de estómago es más común en el Este de Asia donde los alimentos se consumen más alimentos ricos en sal. La azúcar refinada produce mayores niveles de índice glicémico y está asociado con cáncer de vías respiratorias altas, endometrio, estómago, ovario y colon-recto. La carne roja procesada consumida en exceso incrementa el riesgo de cáncer colorrectal, pulmón, esófago y estómago; así como ciertos procesos durante la cocina que pueden producir sustancias carcinogénicas (ahumados).
- La exposición a la radiación puede incrementar el riesgo de cáncer sobre todo a la médula ósea, mamas y tiroides, aunque puede ocurrir en cualquier órgano del cuerpo, inclusive 40 años luego de la exposición, siendo mayor el riesgo si la exposición es a temprana edad. La radiación no ionizante (ultravioleta, microondas, infrarroja, etc.) incrementa el riesgo del cáncer de piel, como discutimos en artículos anteriores. La radiación utilizada para el diagnóstico médico puede producir cáncer en individuos susceptibles y es dependiente de la dosis a lo largo del tiempo, por ejemplo, se ha observado que en pacientes pediátricos hay mayor sensibilidad que en los adultos.
- El alcohol: el etanol es un carcinógeno directo que incrementa el riesgo de múltiples tipos de cáncer con efectos tóxicos a nivel celular consecuencia del acetaldehído, metabolismo alterado de los radicales libres, así como incremento en los niveles de distintas hormonas.
- Exposición ocupacional juega un papel importante debido a la penetración a través de la piel o la inhalación de químicos de riesgo. Se estima que al menos 8% del cáncer está asociado a exposición ocupacional. Por ejemplo: asbestos, silicio, arsénico, cadmio o níquel presente en el carbón e industrias relacionadas, incluyendo el uso de solventes, pigmentos, tintas, pesticidas, entre otros pueden producir al menos 23 tipos diferentes de cáncer.
- Polución: Se ha encontrado que la contaminación del agua con arsénico incrementa el riesgo de cáncer de vejiga, piel y pulmón. Se pueden encontrar nitrosaminas en el agua bebible, producto de múltiples factores como el clima, exposición a productos orgánicos, procesos de tratamiento del agua (desinfección) y materiales en el sistema de distribución. El plomo, que se puede depositar en la tierra producto del uso de fertilizantes químicos, es absorbido por plantas que son ingeridas por el ser humano; siendo relacionado al cáncer de riñón. Los pesticidas se acumulan en el aire, agua y tierra, contaminando los productos de nuestra agricultura. Se ha encontrado que los lugares en donde se realiza minería se incrementa el riesgo de exposición sistémica a arsénico a través de su acumulación en el suelo y en consecuencia incremento en el cáncer.
En nuestro siguiente artículo discutiremos acerca de los factores endógenos causantes de cáncer.