A través de los siglos las cosas han cambiado mucho, la ciencia avanza y se descubren nuevas cosas, a la vez que otras se dejan de practicar. Antes era normal que usaran lámparas para “secar” los hilos de sutura cuando parías. Antes la lactancia materna no era tan practicada ni tan promovida. Antes los hijos no se ponían en el piso, antes los bebés comían desde los 3 meses. Todas esas mujeres que ahora son abuelas hicieron lo mejor que creían en ese momento.
No había redes sociales, ni Google, ni era tan fácil recibir comentarios hasta de gentes que nunca has visto en persona.
Ahora se espera que las mamás trabajen, sean exitosas, conquisten metas y sobresalgan. Pero que a la vez alimenten a sus hijos, con lactancia materna exclusiva mínimo 6 meses, pero hasta donde sea posible (si llegas a los 2 años eres una campeona), que ofrezcas alimentos naturales, no procesados, orgánicos, sin azúcar ni sal añadida, utilizando el método “baby led weaning”, donde el bebé es quien decide cuánto comer, agarrando él mismo la comida, ofrecida de tal manera que no sea un riesgo de atragantamiento. Y si ofreces purés, estos tienen que ser, si es posible, hechos por ti misma y empacados en algún frasco o pouch reutilizable. Debes usar pañales ecológicos, porque es mejor para la piel, y para el ambiente, pero al final quedas utilizando los desechables y te preguntas. ¿Por qué no lo hiciste desde el principio? Investigas cuál es el mejor pañal desechable y te das cuenta que al final todos van a la basura, y todos tienes que ir a cambiarlos aproximadamente cada 3 horas, sean baratos o caros. Tienes que estimular a tu hijo, estás pendiente de cuál es el próximo hito del desarrollo que corresponde alcanzar de acuerdo con su edad, y lo pones a practicar porque Dios guarde el bebé del vecino que tiene la misma edad gatee primero que el tuyo. Tienes que ver qué juguetes son lo suficientemente didácticos, pero no demasiado estimulantes ni muy contrarios a la estética de la decoración de la casa. Entre más “beige triste” mejor.
Igual la ropa, entre más neutro el color, liso el diseño y orgánica la tela mejor. Pero tampoco los vistas con camisa y pantalón, porque estás vistiéndolo como adulto. Tienes que leerle mucho, pero no mientras está en tu regazo, sino poniéndote en frente de él, para que vea tus labios al pronunciar las palabras. Bajo ninguna circunstancia debes ofrecer pantallas antes de los 2 años, y solo media hora luego de esa edad. La primera vez que recurras a eso, vas a sentir que le ofreciste droga a tu hijo, y te vas a sentir como la peor mamá del mundo. Tu hijo debe socializar, debe tener amigos de su edad, poder jugar con ellos e ir a muchos cumpleaños. Debe estar en clases, de natación, de estimulación, de música y algún deporte. Debes criar a tu hijo de manera respetuosa y gentil, siempre teniendo la respuesta correcta, oportuna y calmada. Tu hijo cuando es bebé, debe dormir sobre una superficie plana, con menos de 10 grados de inclinación, con sábanas ajustadas, sin peluches ni sábanas flojas, acostado sobre su espalda.
La mayoría de estas recomendaciones son dadas pensando en lo beneficioso que es para tu hijo, pero es imposible que una madre o un padre puedan cumplirlo todo a la perfección.
Como para la mayoría de las cosas en la vida, la clave está en el balance, y en saber elegir las prioridades. Hay familias que no invierten mucho tiempo en actividades extracurriculares para el bebé, pero si le leen mucho. Hay familias donde todas las comidas son orgánicas y reciben fórmula infantil. Hay otras donde se ofrece lactancia materna exclusiva, pero para las madres trabajan y no tiene mucho tiempo para estimularlo con juegos didácticos.
lo importante es saber elegir la prioridad para cada familia.
Algo que debería ser prioridad para todas las familias, es tener una buena higiene del sueño, porque está demostrado que la falta de sueño afecta negativamente a los padres: aumenta el riesgo de ansiedad y depresión postparto y de depresión mayor. Está relacionado con enfermedades crónicas incluyendo: diabetes, hipertensión arterial, afecciones coronarias, anomalías renales e irregularidades autoinmunes. Aumenta el riesgo de accidentes automovilísticos, el desempeño laboral y las relaciones interpersonales. Todavía es un campo por estudiar, pero hay suficiente evidencia que sugiere que una pobre calidad y cantidad de sueño durante el primer año está relacionada con problemas del comportamiento, problemas de auto regulación de emociones, ansiedad, depresión durante los años siguientes.
Dentro del abanico de cosas que uno puede elegir y practicar una vez que se tiene un bebé, vale la pena invertir tiempo y recursos para aprender las cosas básicas de la higiene del sueño, las cuales se pueden empezar a practicar desde el día uno, para promover la salud física y mental tanto de los bebés como de los nuevos padres.
Dra. Ana Carolina Noel