Una sinusitis es una inflamación de la mucosa que recubre los senos paranasales (senos maxilares, etmoidales, frontales y esfenoidal). Debido a que su origen es casi siempre un foco inflamatorio en la nariz, se denomina habitualmente como rinosinusitis.
Cabe mencionar que la sinusitis es una enfermedad bastante común entre la población en general, la cual se manifiesta tanto en niños como adultos. Se origina por una infección generada por virus, bacterias u hongos, cuadros alérgicos o alguna combinación entre estos.
Los senos paranasales a su vez, son cavidades que se encuentran ubicadas en la cara y normalmente deben estar despejadas, haciendo que el aire circule libremente a través de ellas para influir en los procesos de respiración, olfato y foniatría. Dichas cavidades drenan en las fosas nasales por debajo de los cornetes, a través de unas aberturas llamadas meatos nasosinusales; al producirse la inflamación se obstruye esta vía y la persona comienza a sentir molestias y presión facial.
Los senos paranasales se clasifican en:
- Senos frontales. Ubicados en la región frontal del cráneo, están separados por el tabique interfrontal; específicamente sobre la nariz y hacia el área superior de ambos ojos. Son los últimos en alcanzar su desarrollo, alrededor de los 10-12 años de edad.
- Senos etmoidales. Se localizan a ambos lados de la parte superior de la nariz, en el hueso etmoides. Son los primeros en desarrollarse al momento de nacer y migran a su posición final entre los 6-7 años.
- Senos esfenoidales. Se ubican en el hueso esfenoides en la base del cráneo. También éstos continúan desarrollándose durante los primeros años, su tamaño y forma son variables.
- Senos maxilares. Son los de mayor tamaño y se ubican en las mejillas. Presentan una forma piramidal irregular, la cual alcanza a desarrollarse completamente alrededor de los 8 años.
La sinusitis puede afectar alguno o varios senos paranasales y generalmente se acompaña con inflamación de la mucosa nasal (rinitis).
Según su manifestación en el paciente, puede clasificarse en:
- Sinusitis Aguda.Cuando su evolución clínica se alcanza entre las 4 – 12 semanas y los síntomas se presentan luego de un resfriado que el paciente manifiesta “no mejora”.
- Sinusitis Crónica.Se mantiene durante 3 meses o más la condición, con sintomatología más inespecífica. Dentro de esta clasificación se identifica sinusitis con pólipos nasales (sinusitis crónica hiperplásica) y la crónica sin pólipos nasales.
Los síntomas son básicamente los mismos, salvo la fiebre que generalmente no se presenta en cuadros de sinusitis crónica. En cualquier caso, el paciente puede llegar a presentar:
- Congestión nasal con secreción.
- Dolor, presión y sensibilidad facial.
- Dolor de cabeza.
- Disminución del sentido del olfato y del gusto.
- Goteo postnasal y tos, con episodios críticos durante la noche.
- Mal aliento (halitosis).
- Fatiga, cansancio o malestar general.
- Puede presentar dolor de garganta u oído.
La prevalencia de esta patología se encuentra en ascenso por agentes externos como la contaminación ambiental, por lo cual es importante reconocer ciertos factores de riesgo que pueden desencadenar cuadros de sinusitis, entre ellos:
- Otras patologías como la hipertrofia de adenoides, rinitis alérgica, fibrosis quística o anomalías en los senos paranasales.
- Obstrucción producida por tabique nasal desviado, objetos extraños o desarrollo de pólipos nasales y tumoraciones.
- Sistema inmunitario deficiente.
- Sobrexposición a agentes contaminantes y alérgenos, como el humo del tabaco, vehicular o industrial.
Para realizar el diagnóstico, el especialista inicia con una exploración física acompañada de la revisión del historial clínico y entrevista con el paciente. Generalmente los cuadros de sinusitis aguda son detectables en esta etapa, pero a partir de la evaluación inicial el otorrinolaringólogo puede solicitar algunos exámenes como pruebas de alergias, radiografía simple, tomografía axial computarizada (TAC), resonancia magnética o endoscopia nasal, que le permitan emitir un diagnóstico preciso e inclusive detectar otras posibles afecciones, como presencia de tumoraciones, quistes u pólipos.
En cuanto al tratamiento, es el especialista quien indicará el protocolo a seguir a partir de los hallazgos e identificación del agente que causó la infección. Además de los antibióticos para tratar aquellas de origen bacteriano, pueden requerirse otros fármacos como los corticoesteroides, antihistamínicos e inclusive acudir a la inmunoterapia (vacunas) para controlar las alergias.
Los lavados nasales con solución salina y analgésicos también son coadyuvantes a la congestión y el dolor.
Por último, la cirugía sinusal endoscópica también es una alternativa cuando los senos están muy estrechos y ameritan ampliar su apertura o cuando se precisa retirar un pólipo / tejido que ocasiona la obstrucción.
Es importante considerar que un episodio de sinusitis puede presentarse en cualquier momento a lo largo de su vida, por ello es recomendable tener en cuenta algunas recomendaciones:
- Se debe asegurar el consumo abundante de líquidos para fluidificar las secreciones.
- Evite en lo posible cambios extremos de temperatura, en especial ambientes muy secos y fríos.
- Los descongestionantes nasales de venta libre deben administrarse con cuidado, evitando su uso prolongado.
- Evite el consumo y la exposición al humo del tabaco.
Si cree estar padeciendo de rinosinusitis, evite automedicarse y acuda al especialista para que se le evalúe, diagnostique correctamente y pueda iniciar el tratamiendo adecuado.
Brenda Zuñiga
Especialista en Otorrinolaringología