Mónica Naranjo
Pscobioterapeuta, Hipnoterapeuta clínica

Se rige por cuatro principios fundamentales: es atemporal, es inocente, generaliza (unicidad) y habla el lenguaje del símbolo. Si has visto alguna vez la metáfora del iceberg en algún curso, o en redes podrás recordar la imagen del témpano de hielo flotando sobre el agua, donde lo visible es aproximadamente un 15%-20% de la estructura total, y el remanente se encuentra bajo el agua. Haciendo evidente que la gran mayoría de las acciones que llevamos a cabo en nuestra vida, a pesar de parecer conscientes, son motivadas usualmente por el inconsciente, es decir por aquella parte que se encuentra cubierta por el agua.

Dado lo anterior, si logramos hablar el lenguaje del inconsciente, llegaremos a tener más control sobre aquello que controla nuestra vida, aprender la reglas del mismo y cómo comunicarse con él se vuelve una tarea necesaria si deseamos cambiar nuestros hábitos o sanar el pasado para construir un futuro diferente. Aquí voy a hablar específicamente del poder de la visualización y su impacto sobre la construcción de nuestra vida diaria, así cómo de la importancia de redirigir nuestro pensamiento hacia la creación de lo deseado y lejos de lo que se teme.

La forma de hablar al inconsciente es la metáfora o el símbolo, la estructura de lenguaje compleja que es capaz de elaborar la mente racional es incomprendida por el inconsciente cerebral, éste se comunica a través de estructuras más simples, cómo imágenes, símbolos o historias metafóricas, de composición sencilla pero significativa. Esta es una de las razones por las que las películas o cuentos infantiles tienen a veces un gran impacto en adultos, porque son narradas en el lenguaje del símbolo, son sencillas y vienen llenas de significado, logrando traspasar la barrera del lenguaje, el factor crítico y llegando directamente a aquello que está guardado en lo más profundo de la mente.

Lograr sincronizar la mente racional con la mente inconsciente implica la apertura del factor crítico y para esto la forma de comunicación debe ser la más sencilla posible. El mensaje viene del inconsciente a lo racional y no al revés. Es imposible convencer a la mente inconsciente mediante textos, palabras o racionalizaciones complejas, sin embargo, si es posible cambiar su programación mediante el símbolo y la visualización en la forma más simple y metafórica posible. Ahora bien, no basta con imaginar, sino también con sentir las emociones que evocan aquello que se visualiza, ya que la memoria biológica debe estar al unísono, ahí es cuando una persona puede darse cuenta de que el inconsciente realmente se está activando.

Para explicarlo con mayor claridad, de nada sirve visualizar la vida de los sueños si las sensaciones corporales son de tensión, pesadez, estrés o cualquier otra, la visualización debe venir acompañada de la sensación que la escena imaginada debería evocar en cada quién. Si la sensación, no es agradable probablemente hay algún bloqueo pendiente para desprogramar. Si hay algo que quieras cambiar en tu vida, uno de los primeros pasos sería visualizar la escena que deseas ver hecha realidad y permitir que las sensaciones lleguen a tu cuerpo. Observar el pensamiento y la sensación dará una idea de que tan lejos está la creación. Si vienen pensamientos negativos e intrusivos en cuanto a la posibilidad del evento, se pueden redireccionar hacia los pasos que se deben. Cumplir para si alcanzar aquello que se visualiza. Si se puede imaginar siempre se puede crear.

Ahora bien, la visualización no solo sirve para saber qué nos detiene de vivir una vida en armonía, sino también sirve para sanar. Cuando se visualizan o evocan escenas del pasado que pueden haber sido dolorosas es posible “cambiar” la historia, o dar una solución a esta parte que se quedó atrapada, en una situación indeseada. Lo anterior teniendo en cuenta que el inconsciente es atemporal, es decir que no hay tiempo, todo pasa en el presente y por esto mismo se activan muchas veces mecanismo de defensa inconscientes ante situaciones que no lo ameritan, aunque se puedan leer como una amenazado por el cerebro reptiliano.

Finalmente, la visualización metafórica o a manera de símbolo es una excelente herramienta para sanar, ya que el cerebro racional suele no entender la causa relacional entre la metáfora y la vivencia de la persona, se obvian las largas racionalizaciones de los hechos y se abre una puerta directa. Aquí el poder de las historias que se relacionan, pero no tienen nada que ver con sucesos actuales de la vida.

A manera de ejemplo: cuando caen las lluvias los ríos suelen aumentar su caudal, muchas veces, caen tantas piedras de la ladera que una parte del río se estanca, el agua se enturbia y se hace un remolino sin fin donde el agua sin éxito intenta seguir fluyendo, tarea que se hace imposible por las rocas en su camino. Con el tiempo, sin el agua dejar de ser agua y el río dejar de ser río, una vez cesa la lluvia el río abrirá camino, ya sea atravesando las rocas o por uno de los costados del cauce y el agua fluirá de nuevo.

Te invito a visualizar la imagen que evoca este breve relato y preguntarte:
¿Cómo me hace sentir en mi cuerpo, este breve relato?