Con las 8 cartas puestas en la mesa se ha dado inicio a la campaña electoral para escoger al nuevo presidente el 5 de mayo. Este proceso, el séptimo del período post-invasión, están en juego partidos políticos de larga trayectoria, reciente formación, candidatos independientes y dos ex-presidentes.
Entre las principales problemáticas que tendrá el próximo mandatario están: la situación de la Caja de Seguro Social con su programa de Invalidez, vejez y muerte (IVM).
Mejoras al sistema de educación público para que los sectores de la población más desfavorecida tengan acceso a aulas físicas y sistemas tecnológicos con el objetivo de que se ponga fin a la brecha digital con miras a modernizar los planes para la demanda laboral del momento.
Tomar en cuenta las iniciativas verdes como el reciclaje, la recolección de basura para que esto pueda generar ingresos en los ciudadanos y a su vez se tenga armonía con el planeta.
Hacer frente a la corrupción de arrastre que ya está llegando desde las antiguas administraciones lo que ha creado un mar de inestabilidad y una ausencia de credibilidad de las instituciones.
A pesar de que Panamá es una economía estable la idea es que se bajen los niveles de desempleo, que según el Instituto Nacional de Estadística en agosto era de 155,625 personas y de reducir la desigualdad económica. De tal manera que los ingresos y riquezas sean más equitativos.
Entre los que están en la jugada están: Martín Torrijos por el Partido Popular, Rómulo Roux por el partido Cambio Democratico, José Gabriel Carrizo del Partido Revolucionario Democrático, Ricardo Martinelli por Realizando Metas, Ricardo Lombana por Otro Camino, Melitón Arrocha por el partido País y Zulay Rodriguez al igual que Maribel Gordón por la libre postulación.
La idea también es que la campaña se desarrolle con base a conceptos éticos para que la tolerancia, el respeto y democracia brillen para evitar las polarizaciones, que han marginado a otras sociedades con consecuencias lamentables.