La reducción de un témpano de hielo del tamaño de la colosal Argentina ha causado el asombro de la comunidad científica debido a que esta con normalidad se minimiza al terminar febrero, pero, no ha vuelto a registrar los niveles esperados en lo que va del año. 

Son los registros más bajos que se han  notado desde hace 45 años en que se vienen haciendo estas revisiones. 

A pesar de lo anterior la glacióloga Florence Colleoni del Instituto de Oceanografía y Geofísica Experimental (OGS) es de la consideración que no es el momento para disparar una alarma pese a que sugiere, que debe haber vigilancia, según el sitio infobae.com. 

La especialista menciona como generadores de esta realidad “la contaminación y el calentamiento global”, por lo que sugiere el uso de energías verdes y lograr el mejor resultado con el uso diario de energía para no agravar la situación. 

Sobre esta situación de la que la Organización de Naciones Unidas (ONU) se ha hecho eco explicando que el aumento del calor y energía son como ese fogón en el océano, llevado a que la temperatura logre efectos, que no eran comunes como el deshielo de los polos, el aumento del nivel del mar, olas de calor marinas y acidificación del océano. 

Hay sociedades como la Unión Europea que están tomando medidas con la puesta en marcha de ciudades inteligentes y las iniciativas verdes, pero, a pesar de que esto es un paso grande para la humanidad como diría Neil Armstrong, aún se deben poner en uso baterías menos contaminantes y la reducción de depósitos de energía.

El término que se usa para esta situación, la amplificación ártica, que implica la subida de las temperaturas en la zona ártica con respecto al clima global, que se ha dado entre 2 a 4 veces más debe ser,  y que se nota mientras ves que, ya no está la nieve que antes era más, abundante en aquella memorable roca, pérdida de glaciares, el permafrost, que también incide en esto aumentando la energía del aire de tal  manera que atenta contra el ecosistema e intensifica el efecto de invernadero. 

Este es uno de los grandes retos que no solo tiene la sociedad científica sino la humanidad, porque si se tiene en la mente como contribuir cada uno ayudaríamos de alguna u otra manera a hacer frente a las constantes olas de calor, que se han vivido en los últimos años cuyos dardos han sido malignos para todos los seres vivos.       

Fuente: infobae.com

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