Dra. Heidi Saavedra Pérez.
Médica Psiquiatra & Sexóloga
El ser humano es un ser social por naturaleza, y gran parte de nuestra felicidad y bienestar proviene de las relaciones que establecemos con los demás. Uno de los conceptos clave en el estudio del comportamiento humano es el Vínculo y el Apego, que se refieren a los lazos emocionales que formamos con las personas significativas en nuestras vidas.
El Vínculo se refiere a la conexión emocional profunda que se establece entre dos personas. Es un lazo afectivo que se forma a través del tiempo y la interacción, y se caracteriza por sentimientos de seguridad, confianza, afecto y cercanía emocional. El Apego, por otro lado, es el vínculo emocional intenso que se desarrolla en las primeras etapas de la vida, especialmente entre el bebé y el cuidador principal. Es un sistema biológico innato que busca la proximidad y la protección, y proporciona una base segura para que el niño explore el mundo.
Según la Teoría del Apego desarrollada por John Bowlby y posteriormente ampliada por Mary Ainsworth, existen cuatro tipos principales de Apego: seguro, ansioso-evitativo, ansioso-ambivalente y desorganizado.
Apego seguro:
Su característica principal es la confianza, seguridad y comodidad en la relación. Los individuos con un estilo de apego seguro tienden a tener una imagen positiva de sí mismos y de los demás. Se sienten cómodos al buscar apoyo emocional cuando lo necesitan y también son capaces de ofrecerlo a los demás. En una relación de apego seguro, las personas se sienten libres de explorar el mundo y tienen confianza en que su figura de apego estará allí para ellos cuando sea necesario.
Ejemplo: Un niño con un apego seguro llora cuando su madre se va, pero se calma rápidamente al saber que ella volverá. Confía en que su madre siempre estará disponible para él cuando la necesite y se siente seguro y protegido en su presencia.
Apego ansioso-evitativo:
Se caracterizan por una tendencia a evitar la cercanía emocional y la intimidad en las relaciones. Las personas con este estilo de apego pueden sentir miedo a depender de los demás o ser lastimados, por lo que tienden a suprimir sus necesidades emocionales y mantener una distancia emocional. Pueden ser reacios a buscar apoyo o consuelo, y pueden parecer independientes o fríos en las relaciones.
Ejemplo: Una persona con apego ansioso-evitativo puede evitar compartir sus sentimientos con su pareja, ya que teme ser vulnerable y ser rechazada. Prefiere lidiar con sus emociones por sí misma y mantener una barrera emocional para protegerse.
Apego ansioso-ambivalente:
La ansiedad y preocupación son la constante en sus relaciones. Las personas con este estilo de apego tienden a ser dependientes emocionalmente de sus parejas y pueden tener miedo al abandono. Buscan una proximidad constante y pueden mostrar comportamientos contradictorios, alternando entre la necesidad de cercanía y la búsqueda de independencia. Pueden experimentar altibajos emocionales y tener dificultades para regular sus emociones en las relaciones.
Ejemplo: Una persona con apego ansioso-ambivalente puede volverse extremadamente ansiosa cuando su pareja se aleja o parece distante. Puede interpretar fácilmente acciones o palabras neutrales como señales de rechazo y puede sentirse abrumada por la necesidad constante de confirmación y seguridad en la relación.
Apego desorganizado:
Considerado el estilo de apego más inseguro y se caracteriza por una mezcla de comportamientos contradictorios. Las personas con este estilo de apego pueden tener dificultades para regular sus emociones y pueden mostrar comportamientos que oscilan entre la búsqueda de cercanía y la evitación. Pueden experimentar miedo y confusión en las relaciones y pueden tener antecedentes de experiencias traumáticas o abusivas.
Ejemplo: Una persona con apego desorganizado puede buscar la cercanía emocional con su pareja, pero al mismo tiempo puede mostrar comportamientos distantes o agresivos. Puede tener dificultades para confiar plenamente en los demás debido a experiencias pasadas y puede sentirse atrapada en patrones de relación difíciles de manejar.
El Vínculo y el Apego desempeñan un papel crucial en el desarrollo humano, especialmente en los primeros años de vida. Un apego seguro proporciona una base desde la cual los niños pueden explorar el mundo y desarrollar su autonomía con seguridad. También promueve el desarrollo de habilidades sociales y emocionales, la capacidad de regular las emociones y establecer relaciones saludables en el futuro. Por otro lado, los estilos de apego inseguros pueden conducir a dificultades emocionales, problemas de relación y dificultades en la vida adulta.
Si bien el Vínculo y el Apego son más estudiados en relación con el desarrollo infantil, también juegan un papel importante en la vida adulta. Las relaciones de pareja, la amistad y la familia son contextos en los que se forman y se experimentan vínculos y apego emocional. Las relaciones de pareja seguras y satisfactorias se basan en un vínculo fuerte y un apego seguro, mientras que los problemas de apego pueden manifestarse en relaciones conflictivas o inestables. Reconocer el tipo de vínculo y apego presente en una relación amorosa puede ayudar a ambas personas a comprender mejor las dinámicas y los desafíos que enfrentan. Esto puede facilitar la comunicación abierta, la empatía mutua y el compromiso de trabajar juntos para fortalecer el vínculo y crear una relación amorosa más saludable y satisfactoria.
Es importante tener en cuenta que el estilo de Apego de una persona puede variar según las diferentes relaciones y contextos en su vida. Además, el Apego no es estático y puede ser modificado y mejorado a través de la terapia y la autoconciencia.
Si la persona tiene un Apego seguro, es importante mantener y fortalecer ese vínculo positivo con su pareja, a través de la comunicación abierta y sincera:
- Expresar necesidades, deseos y emociones de manera clara y respetuosa. Escuchar activamente a la pareja y valorar sus sentimientos y puntos de vista.
- Construir confianza: Cumplir las promesas y demostrar que eres confiable. Hacer lo posible por mantener la coherencia entre las palabras y las acciones. La confianza es fundamental para un apego seguro.
- Mantener la cercanía emocional: Dedicar tiempo de calidad a compartir experiencias, intereses y metas. Priorizar la intimidad emocional y física en las relación, creando momentos de conexión y afecto.
La persona con Apego ansioso-evitativo, puede trabajar en superar tus temores y desarrollar una mayor apertura emocional:
- Explorar miedos y creencias subyacentes: Reflexionar sobre las experiencias pasadas que pudieron haber influido en el estilo de apego. Comprender las razones detrás de los temores pueden ayudar a abordarlos de manera más efectiva.
- Practicar la comunicación asertiva: Aprender a expresar necesidades y sentimientos de manera clara y directa. Establecer límites de manera respetuosa y buscar un equilibrio entre la independencia y la cercanía emocional en las relaciones.
- Aceptar el apoyo emocional: Permitirse ser vulnerable y aceptar el apoyo emocional de la pareja. Reconocer que recibir ayuda no es ser débil, sino que fortalece la conexión y el vínculo en la relación.
Los que presentan Apego ansioso-ambivalente deben trabajar en desarrollar seguridad emocional y confianza en la relación:
- Cultivar la confianza: Desarrollar la confianza en sí mismo y en su pareja. Reconocer inseguridades y trabajar en construir un sentido de seguridad interno. Recordar que la confianza se basa en la consistencia y el compromiso mutuo.
- Establecer límites sanos: Aprender a establecer límites claros en la relación y a comunicar las necesidades de manera efectiva. Esto ayudará a tener una mayor sensación de control y seguridad en la relación.
- Practicar la autorreflexión y el autocuidado: Identificar y abordar inseguridades y ansiedades subyacentes. Realizar actividades que brinden bienestar y mantener una buena relación con uno mismo, lo que te permitirá fortalecer el sentido de identidad y autoestima.
El Apego desorganizado puede deberse a experiencias traumáticas, por lo tanto es importante buscar apoyo terapéutico para abordar las heridas emocionales y trabajar hacia un apego más seguro:
- Terapia: Buscar la ayuda de un terapeuta especializado en el tratamiento del trauma y el apego desorganizado. La terapia puede ayudar a procesar y sanar las experiencias pasadas, así como a desarrollar estrategias saludables para construir relaciones más seguras.
- Autoconocimiento: Reflexionar sobre patrones de relación y cómo han sido influenciados por experiencias pasadas. Desarrollar una mayor conciencia de los desencadenantes emocionales y trabajar en identificar y cambiar patrones negativos.
- Apoyo de la pareja: Si la pareja está dispuesta, involúcrarla en el proceso de sanación. Juntos, pueden establecer un ambiente de seguridad y comprensión mutua.
Mejorar el Apego es un proceso gradual y requiere tiempo, paciencia y compromiso. La terapia puede ser una herramienta poderosa para facilitar este proceso, ya que un terapeuta experimentado puede proporcionar orientación personalizada y apoyo emocional.