Dra. Heidi Saavedra Pérez.
Médica Psiquiatra & Sexóloga
Consultorios Pacífica Salud, 322
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En la sociedad actual el envejecimiento de la población es un fenómeno cada vez más evidente. A medida que las personas viven más tiempo, surgen nuevos desafíos y problemáticas relacionadas con el trato hacia los adultos mayores. Dos conceptos que se han acuñado para describir estas actitudes negativas y discriminatorias son el viejismo y el edadismo. Además de estos conceptos, el maltrato al adulto mayor representa una forma extrema de discriminación y violencia hacia las personas mayores.
En este artículo médico, exploraremos el origen de estos conceptos, su repercusión en la sociedad, los prejuicios y estereotipos asociados, así como las recomendaciones para promover una sociedad más inclusiva para la tercera edad y sus familiares, y cómo podemos evitar el maltrato al adulto mayor y el papel que desempeñan los médicos en su prevención y atención. También brindaremos información específica sobre qué hacer en caso de presenciar maltrato al adulto mayor en Panamá.
Origen del viejismo y el edadismo:
Estos son términos utilizados para describir la discriminación y los prejuicios basados en la edad. El viejismo se refiere específicamente a la discriminación hacia las personas mayores, mientras que el edadismo es un término más amplio que abarca la discriminación basada en la edad en general, tanto hacia los jóvenes como hacia los adultos mayores.
Estos conceptos surgieron en la segunda mitad del siglo XX a medida que aumentaba la esperanza de vida y se producían cambios demográficos significativos. Con el envejecimiento de la población, surgieron actitudes negativas y estereotipos que comenzaron a afectar la calidad de vida de las personas mayores y a limitar sus oportunidades en diversos aspectos de la vida, como el empleo, la atención médica y la participación social.
Repercusiones en la sociedad:
El edadismo y el viejismo tienen múltiples repercusiones en la sociedad. En primer lugar, estas actitudes negativas pueden limitar el acceso de las personas mayores a los recursos y servicios necesarios para su bienestar físico y emocional. La discriminación en el ámbito laboral puede llevar a la exclusión económica de los adultos mayores y a la falta de oportunidades de empleo, lo que afecta su autonomía y autoestima.
Además, el viejismo y el edadismo pueden generar aislamiento social y soledad en la población de la tercera edad. Estereotipos como la falta de capacidad para aprender, la pérdida de memoria o la falta de atractivo físico pueden llevar a la exclusión y a una disminución en las interacciones sociales. Estas barreras pueden contribuir al deterioro de la salud mental y emocional de las personas mayores.
Prejuicios y estereotipos asociados:
Numerosos prejuicios y estereotipos negativos rodean a estos términos. Algunos de los estereotipos más comunes incluyen la idea de que las personas mayores son frágiles, dependientes, inútiles, poco inteligentes y poco activas. Estas percepciones erróneas pueden llevar a tratos condescendientes, falta de respeto y limitaciones en las oportunidades de participación social.
Es importante destacar que estos estereotipos no reflejan la diversidad y la capacidad de las personas mayores: la experiencia de vida, la sabiduría, el conocimiento y la resiliencia son atributos que suelen pasar desapercibidos en medio de los prejuicios asociados al envejecimiento. Es fundamental reconocer que cada persona envejece de manera única y que el proceso de envejecimiento no implica una disminución automática de habilidades o contribuciones a la sociedad.
Recomendaciones para la sociedad:
- Promover una cultura de respeto y de inclusión: Es esencial fomentar una mentalidad que valore la diversidad y el envejecimiento como una etapa natural de la vida. Debemos desafiar los estereotipos negativos y reconocer las contribuciones y experiencias valiosas de las personas mayores.
- Educación y concienciación: Es fundamental difundir información precisa sobre el envejecimiento y desmitificar los estereotipos asociados. La educación puede ayudar a generar empatía y comprensión hacia las necesidades y desafíos de las personas mayores.
- Promover la participación social: Las oportunidades de participación social son clave para el bienestar emocional y físico de las personas mayores. Es necesario crear espacios y programas que fomenten la interacción intergeneracional, el aprendizaje continuo y la participación activa en la comunidad.
- Acceso a servicios de salud y cuidados adecuados: Garantizar el acceso equitativo a servicios de salud de calidad es fundamental para el bienestar de las personas mayores. Es importante desarrollar políticas que promuevan la atención médica integral, la prevención de enfermedades y el apoyo a las necesidades específicas de esta población.
- Fomentar el empleo y la participación laboral: Las personas mayores poseen habilidades y experiencias valiosas para el mercado laboral. Es necesario combatir la discriminación laboral basada en la edad y promover oportunidades de empleo inclusivas que valoren el conocimiento y la experiencia adquirida a lo largo de los años.
- Apoyo familiar y comunitario: Los familiares y cuidadores de personas mayores desempeñan un papel crucial en su bienestar. Proporcionar recursos y apoyo emocional a los familiares puede ayudar a aliviar la carga y promover la calidad de vida de las personas mayores.
Es responsabilidad de todos promover una sociedad inclusiva y respetuosa, donde se reconozca el valor y la dignidad de las personas en todas las etapas de la vida. Al desafiar los estereotipos y prejuicios asociados al envejecimiento, podemos construir un futuro en el que las personas mayores sean tratadas con igualdad y tengan la oportunidad de vivir una vida plena y significativa. En última instancia, abordar el viejismo y el edadismo requiere un esfuerzo conjunto de la sociedad. Los gobiernos, las instituciones, las comunidades y cada individuo deben asumir la responsabilidad de crear un entorno en el que las personas mayores sean valoradas, respetadas y se les brinde igualdad de oportunidades.
Además de las recomendaciones mencionadas anteriormente, es importante fomentar la autonomía y el empoderamiento de las personas mayores. Esto implica promover su participación en la toma de decisiones que afecten sus vidas, respetar sus preferencias y promover la autodeterminación en la medida de lo posible.
En el plano científico y académico es fundamental fomentar la investigación y el estudio del envejecimiento para comprender mejor las necesidades y desafíos específicos de esta etapa de la vida.
A nivel gubernamental se debe considerar la incorporación de este sector de la población en las políticas y programas que aborden las necesidades de las personas mayores de manera integral.
La forma más extrema de la discriminación causada por el viejismo y el edadismo nos lleva al Maltrato en el Adulto Mayor.
El maltrato al adulto mayor se refiere a cualquier acción o falta de acción intencional que cause daño o sufrimiento a una persona mayor. Puede manifestarse de diversas formas, como maltrato físico, emocional o psicológico, abuso financiero o económico, negligencia, abandono o violencia sexual. El maltrato puede ocurrir en diferentes entornos, incluyendo el hogar, asilos, hospitales e incluso en la comunidad.
Manifestaciones y señales de maltrato:
El maltrato al adulto mayor puede presentarse de manera evidente o sutil, y las señales pueden variar. Algunas manifestaciones comunes incluyen moretones inexplicables, fracturas óseas, cambios bruscos en el comportamiento o el estado de ánimo, aislamiento social repentino, desnutrición, falta de higiene o descuido en la apariencia personal, entre otros.
Prevención del maltrato al adulto mayor:
La prevención del maltrato al adulto mayor implica un enfoque multidimensional. Algunas recomendaciones para prevenir el maltrato incluyen:
- Promover la educación y la concienciación sobre el maltrato al adulto mayor, sus causas y consecuencias. Esto puede realizarse a través de campañas de sensibilización y programas educativos dirigidos a la sociedad en general.
- Fomentar el respeto y la valoración de las personas mayores en todos los niveles de la sociedad. Esto implica desafiar los estereotipos negativos y promover una cultura de respeto hacia las personas mayores.
- Establecer políticas públicas, y marcos legales que protejan los derechos de las personas mayores y sancionen el maltrato. Esto incluye el fortalecimiento de las leyes existentes y la implementación de mecanismos eficaces de denuncia y protección.
- Brindar apoyo y recursos a los cuidadores de personas mayores para prevenir el agotamiento y el estrés, lo que puede contribuir al maltrato. Esto implica ofrecer servicios de apoyo, capacitación y asesoramiento a los cuidadores.
El rol de los médicos en la prevención y atención del maltrato:
Los médicos desempeñan un papel crucial en la identificación, prevención y atención del maltrato al adulto mayor. Algunas acciones que los médicos pueden tomar incluyen:
- Identificación temprana: Los médicos deben estar capacitados para reconocer las señales de maltrato en los pacientes mayores. Esto implica realizar evaluaciones integrales que incluyan no solo el aspecto físico, sino también el emocional y social. Preguntar de manera directa sobre posibles situaciones de maltrato y estar atentos a las respuestas verbales y no verbales de los pacientes.
- Registro y documentación: Es fundamental que los médicos registren de manera adecuada cualquier sospecha de maltrato. Esto incluye la descripción detallada de las lesiones, los cambios en el estado de ánimo o el comportamiento, y cualquier otra evidencia relevante. La documentación adecuada puede ser crucial para el seguimiento legal y la protección del paciente.
- Intervención y derivación: Si se sospecha o confirma el maltrato, los médicos deben tomar medidas para proteger al paciente. Esto puede incluir la derivación a servicios especializados, como servicios sociales, agencias de protección al adulto mayor o servicios legales. Además, los médicos deben proporcionar el apoyo médico necesario para tratar las lesiones y evaluar el bienestar general del paciente.
- Trabajo en equipo interdisciplinario: Los médicos deben colaborar estrechamente con otros profesionales de la salud y servicios sociales para garantizar una atención integral y adecuada a las personas mayores que sufren maltrato. Esto implica establecer una red de apoyo y coordinación que aborde las necesidades médicas, psicológicas y legales de los pacientes.
Qué hacer en Panamá si somos testigos de maltrato al adulto mayor:
En Panamá, existen medidas legales y recursos disponibles para abordar el maltrato al adulto mayor. Si somos testigos de maltrato, podemos tomar las siguientes acciones:
- Denunciar el maltrato: En casos de emergencia o peligro inmediato, se debe contactar a las autoridades locales o al número de emergencia correspondiente. Además, se puede realizar una denuncia formal ante la Fiscalía de Protección de Personas Adultas Mayores.
- Buscar apoyo y orientación: Existen organizaciones y servicios especializados en Panamá que brindan apoyo a las personas mayores que sufren maltrato. Algunas instituciones relevantes incluyen el Ministerio de Desarrollo Social y la Defensoría del Pueblo, que pueden proporcionar orientación y asistencia legal.
- Comunicarse con profesionales de la salud: Los médicos, como profesionales de la salud, pueden desempeñar un papel fundamental en la atención y derivación de casos de maltrato. Si somos testigos de maltrato al adulto mayor, podemos comunicarnos con un médico de confianza para buscar orientación y asistencia en la denuncia y atención adecuada.
El maltrato al adulto mayor representa una forma extrema de discriminación y violencia que requiere una atención urgente. A través de la prevención, la identificación temprana y la intervención adecuada, podemos combatir el maltrato y promover una sociedad más inclusiva y respetuosa para las personas mayores.