El comunicador social y actual rostro de la dinastía Correa nos expresa sus ópticas y consejos sobre lo que representa ser padre para los que están por entrar en esa etapa de la vida.
¿Para usted qué es ser padre?
Creo que es el título más importante que me han dado en la vida, porque la paternidad a través del tiempo tiene tantos significados. Empieza como un reto, sigue como una obsesión, después es un apoyo y al final termina siendo la vida misma. A pesar que la paternidad es realmente un acto de fe, no deja de ser gratificante. Mi vida tiene un antes y un después y ese parteaguas fue el 28 de julio de 1999 cuando me pusieron a mi hijo mayor en brazos y eso fue amor a primera vista. Con todas las altas y bajas siempre he tratado de hacer un buen trabajo en todo lo que hago principalmente para darles a mis hijos un buen ejemplo, como el que recibí yo de mi papá
¿Cuál es el mayor legado como Papá?
Creo que eso lo deben contestar mí hijos. Pero ojalá les deje a ellos un legado como el que me dejó mi papá: que el trabajo duro siempre trae recompensa, que la buena preparación siempre abre puertas y que las oportunidades son para aprovecharlas. Además de nunca olvidar a la gente que te quiere, no perder el tiempo en banalidades y muy importante: quien no cobra agravios, no agradece beneficios.
Alguna clave para aquellos que sean jóvenes padres
Pues la clave más importante es la paciencia. Vivimos en una sociedad en donde estamos creando a la generación de malcriados más grande de toda la historia humana. Son chicos que no se les está diciendo que no y que encima están creciendo en la soledad más absoluta con amigos en Nueva Zelanda, pero que no conocen a la persona que vive en la puerta de al lado. Por eso debemos tratar de no perder el contacto humano, el buen regaño y el consejo oportuno. La recompensa por tareas cumplidas. Y hacerle entender a los chicos que nunca olviden de dónde vienen, porque si no, nunca sabrán hacia dónde van.