Hoy quiero referirme al concepto de “próstata inflamada” utilizado por la mayoría de las personas para describir una de las principales preocupaciones en los hombres. En primer lugar tengo que decir que lo que ocurre no es realmente una “inflamación” de la próstata. Se trata un crecimiento de la glándula debido a la proliferación de sus componentes tisulares (epitelio glandular, musculo liso y tejido conectivo).
Esta proliferación tisular esta relacionada con la aparición de síntomas urinarios originados por dos aspectos principales:
- Aumento físico del tamaño de la próstata
- Aumento del tono y la resistencia del tejido muscular en la próstata.
Esta proliferación de tejido dentro de la próstata en la urología la conocemos con HIPERPLASIA PROSTÁTICA.
Esta genera un crecimiento de la próstata que a su vez puede ser causa de una obstrucción de la salida de la orina. Todo lo anterior ocurre influenciado por múltiples factores dentro de los que la Testosterona juega un papel primordial, es por esto que muchos de los tratamientos que utilizamos tienen su acción sobre esta poderosa hormona masculina.
Los síntomas que podemos tener a consecuencia de esta Hiperplasia de la próstata son variados y los clasificamos en dos tipos:
“Obstructivos” como lo son: perdida en la presión del chorro de la orina, aumento del goteo al finalizar el chorro urinario, cada vez que vamos a orinar hay demora en iniciar el chorro de la orina, al terminar de orinar sensación de que nuestra vejiga no se ha vaciado por completo.
“De almacenamiento”: orinamos frecuentemente durante el día, nos paramos a orinar muchas veces en la noche, cuando tenemos que orinar hay que ir apurados al baño porque tenemos la sensación de que se va a salir la orina.
Si pueden darse cuenta la mayoría de los síntomas están relacionados con cambios en la forma en la que orinamos y muchas veces estos malestares ocurren pero tenemos la “tendencia” a relacionarlos con otras situaciones como uso de medicamentos para la presión, para la diabetes, tiroides, ingesta de líquidos durante el día y hasta los relacionamos con el clima. Por supuesto que todos estos aspectos pueden influir pero también sabemos que los cambios histológicos de los que hablamos en la próstata empiezan a ocurrir entre los 40 y 45 años alcanzando un porcentaje de 60% de los hombres a los 60 años y hasta un 80% de los hombres a los 80 años.
También sabemos hoy en día que esta hiperplasia y estos síntomas que ocurren relacionados con ella tienden a ser “progresivos” lo cual significa que a lo largo del tiempo tienden a empeorar, una vez que el diagnóstico se hace él paciente debe tener un seguimiento periódico con su urólogo para verificar la evolución, seguir la respuesta al tratamiento, evaluar si este problema ya está afectando el resto de sus vías urinarias y poder evitar que el paciente llegue a la incomodísima “retención urinaria” que es cuando debemos ponerle una sonda para ayudarlo a evacuar su orina. Solo para que tengan una idea les menciono que en la población “normal” la incidencia de “necesitar utilizar una sonda” es de 6.8 episodios por cada 1000 pacientes, esto aumenta cuando tenemos.
Hiperplasia de próstata a 34.7 episodios por cada 1000 pacientes.
En la evaluación inicial con su urólogo trataremos de establecer la severidad de los síntomas, realizaremos el examen físico que incluye el examen rectal de la próstata y ordenaremos inicialmente una serie de pruebas de laboratorio y posiblemente estudios de imagen. Todo esto tiene la finalidad de confirmar el diagnóstico y de descartar otros problemas urológicos que pudieran estar ocurriendo.
Es posible que inicialmente comencemos tratamiento con medicamentos. Estos van dirigidos a reducir la intensidad de los síntomas para que usted esté más cómodo. Los medicamentos no son para curar el problema, la mayoría de las veces son bien tolerados con efectos secundarios mínimos y también los hay de diferentes tipos, cada uno con sus ventajas y desventajas.
Dependiendo de múltiples factores a tomar en cuenta, quizás, su especialista le aconseje continuar las medicinas por un tiempo prolongado o es posible que le aconsejen una cirugía de la próstata.
Las “Cirugías de la próstata” hoy en día contamos con diferentes opciones o tipos de procedimientos para tratar estos problemas. Estos van desde algo ambulatorio y que requiere un mínimo de anestesia (Procedimientos mínimamente invasivos tipo REZUM), tratamientos endoscópicos (Resección Bipolar de próstata, Laser de próstata) hasta las cirugías abiertas (Laparoscopia y utilización del Robot). Cada uno de estos procedimientos tiene sus ventajas y desventajas para cada paciente. Por cual optar va a depender de la severidad de sus malestares, de su condición general de salud, de su preferencia para tratar el problema y de la experticia de su urólogo.
DR CLEVELAND BECKFORD
URÓLOGO
@doctorcleveland